miércoles, 16 de noviembre de 2011

Resplandecé

Voy a guardarte debajo de mi piel,
y voy a escribirte mil canciones,
para cantarte con el sol después de la luna.
Voy a desvestirme y despeinarme.
En cada estación, voy a cambiar.
Maquillar las cicatrices, esconder las ataduras.

A las amarras, dale fuego.
Enterrar viejos hechizos, destruir talismanes.
Queda en este cuerpo lo que queda después de hacerse daño,
con los espejos, los fantasmas y los inventos.

Quiera caminar, correr, saltar,
ser el espíritu del que quiera despegar,
quiera vivir lo que no vive el que se duerme.
Siempre vuelve el resplandor a mi ventana,
queda tiempo, dice el reloj,
nos queda tiempo por gastar.

A las amarras, dale fuego.
No te apagues, no cierres los ojos,
no dejes que se desgarre lo que late.
No más payasos, ni siluetas en la oscuridad.

Siempre vuelve el resplandor, y queda tanto tiempo.
Tanto...

sábado, 1 de octubre de 2011

¿De quién es?

"Butterflies are in heaven,
Clouds are in heaven,
And, we're under the water,
hoping to get what we once owned..."

Obtuve la violencia, me escondí entre cuatro paredes.
Obtuve el silencio, y callé dentro de esas paredes.

Me seduje, me mentí con audacia, me até de manos y pies,
me acosté en su cama, cerré los ojos y me dejé morder.

Me dieron lo que merecía, y me incliné a ello completamente, a su fin.
Me gané un boleto al cielo, donde se enmudece a quien no quieren oír.

Conseguí soltar las amarras, flotar en cuerpo y alma.
Conseguí lastimarme, incendiarme, asesinarme, amordazarme.

Que todo pasa, que todo va a pasar,
que todo mejora, que va a mejorar.
Que se olvida, se perdona y se ama.

Que se calla y se llora a oscuras, cuando el mundo se da vuelta,
que no se duerme, mientras el cielo descansa de nosotros,
que todo mejora, del otro lado, de qué?

domingo, 25 de septiembre de 2011

El ciclo de las hojas cayendo

Eras una hoja de otoño, cayendo lento,
bailando con el celeste del cielo,
ahogándote entre nubes de granizo.
Eras la tempestad al llegar a la esquina,
el porque de todos esos intentos
murmurando a la sordera de los necios.

Estabas donde estaban las preguntas,
y tus manos, como signos de interrogación,
se aferraban a lo único certero que brillaba.
Las palabras tenían sentido en su boca,
tu mirada tenía sentido sólo en sus ojos,
y el sentido de tus pasos seguía en silencio.

Prometimos un mañana coloreado,
verde y blanco, rojo, amarillo y azul,
la nostalgia de estar lejos al nacer el sol.
Dibujamos en el aire lo que pudo ser real,
y soñaste que los años eran vagos,
que los días del pasado no eran suyos.

Amanecen las sábanas y con ellas el sol,
y en ellas la manera en que cantás,
un dulce vaivén de hablar hasta sonreír,
de sonreír hasta estallar,
de estallar hasta renacer,
de renacer hasta volver a empezar,
de volver a empezar hasta vos,
de vos hasta saber que no queremos quedarnos callados,
de un silencio hasta hablar del ciclo que cumplen las hojas,
de hablar... hasta sonreír.

lunes, 15 de agosto de 2011

Dinner for two and a bullet for one of us

Creí que estabas pintarrajeando sobre el lienzo algo así como tu mejor expresión sobre todas esas cosas que decías que juntos podíamos hacer si algún día se nos daba por crecer y darle la espalda a las personas que nos hicieron mal todos esos años de rebelde adolescencia en los que nos pidieron y nos exigieron que nos quedemos guardaditos en nuestra casa para que el día de mañana seamos fuertes (tough enough!), exactamente el mismo día que saldríamos de nuestro cascarón para, como el Quijote, enfrentarnos a todos los molinos habidos y por haber en ese lugar que suelen llamar Mundo de los adultos, donde la gente es mala mala (pero muy mala), mientras que nosotros seguramente seremos como pequeñas hormiguitas bajo sus pies y claramente no les va a importar pisarnos o no, porque así es como funciona ese mítico lugar, o te pisan o pisas, para eso te guardan, para eso estás encerrado tanto tiempo haciéndote cada vez más fuerte, más firme en tus convicciones, más de todo eso que te dicen que tenés que ser, para esas personas te hacían mal, y por esas supuestas convicciones y toda esa energía acumulada en un sentimiento de urgente rebeldía es que imaginaste y planeaste y supusiste y prometiste que algún día ibas a romper tu chanchito de cerámica, ibas a usar todos tus ahorros y toda tu fuerza de voluntad y todo tu cansancio para irte, para salir, para finalmente chocarte con ese mundo por vos mismo, porque vos, con tus años de experiencia, decías que ya pertenecías a ese lugar.

Ahora miro aquel mamarracho que hiciste. Creía en vos y creía, sin duda alguna, que al menos en una nube que representara algún sueño, iba a aparecer mi nombre, o mi voz, o una sombra de los días que sí pasamos dentro del cascarón. Claro, tenían razón los que nos guardaban, acá afuera la gente puede ser mala mala, y algunos podemos ser bastante fuertes.

viernes, 5 de agosto de 2011

tengo tu sonrisa entre mis manos y es la fuente de mi eterna juventud
te está brillando el corazón...

decidir seguir

No dejé de tener miedo. Sigo sintiendo pánico si nos miramos a los ojos.
Con la boca seca, después de tanto correr, supongo que no me quedó otra. Dudando, de que quizás me tiemblan por el miedo mismo, o por el esfuerzo mismo, o por ser yo misma.
El alma se me dobla.
Después de tres cuadras, las luces se esfuman y se retuercen sobre sí. En una estructura circular, se sumerge más que la luna y una estrella desde el cielo está mintiendo nuestra espera. Quienes saben de luz, saben de ella, saben de mí, y conocen sus historias.
En ese laberinto, de recuerdos olvidables, de momentos revivibles, hay marañas de elementos contrastables con elementos reales del exterior de mi mundo oblicuo, y memorables canciones que hablan de clonazepán.
Se tapa la hediondez de tu malversación de sonrisas con esencia de limón y vainilla. Carcajadas en un callejón y sal a las babosas del jardín, y dando media vuelta sigo enredada en mi tartamudez.
Que tarde o temprano, lo cósmico de este asunto se va a destapar y estar parados, cara a cara, me va a doblar las rodillas y mis tobillos se van a quebrar.
El alma se desdobla, sobre un par de ruedas, y echo a andar sin respirar, para no caerme, para que él no me alcance y me mire a los ojos y me recuerde que la mejor salida es sólo un circo de colores que gira por un buen rato y se detiene en una lágrima.

viernes, 29 de julio de 2011

Lo que sea que no te deje dormir













Hay zombies,
hay ovnis,
hay luciérnagas,
y busco luz.

En el piso,
en el cielo,
relampagueando,
busco luz.

Te hacen daño,
te van quemando,
hay zombies,
y hay ovnis.

Se levantan las llamas,
y se cae una estrella.
Busco luz, en la noche,
y se cae una estrella.

En el piso,
sobre el piso,
con el piso,
hay plumas.

Se abre un hueco,
en el piso,
se abre el cielo,
en un hueco.

Y se cae la estrella,
y se escapan las luciérnagas,
y se ilumina la ruta,
se iluminan las caras.

Busco luz,
en el piso,
en los zombies,
en los ovnis.


viernes, 22 de julio de 2011

Gatillo al cráneo

Se sentó y apoyó ambas manos sobre la mesa de vidrio. Desde ahí, veía sus pies descalzos y sus rodillas dobladas a noventa grados, sus muslos que descansaban en la silla.
Focalizó su mirada en sus manos y en el espacio entre ellas, completamente en contacto con el cristal. Escupió entre ellas. Por unos segundos, miró esa pequeña laguna de saliva, quizás analizando que hacer con ella, quizás midiendo si era suficiente, quizás pensando si realmente lo quería hacer.
Como sometido por un demonio, tal vez uno de los tantos que habitaban en él, sumergió su índice derecho en ese insignificante charco de saliva y, unos centímetros por delante de sus manos, trazó una curva. Volvió a humedecer su dedo, y trazó un par de líneas. Repitió esto las veces suficientes hasta que, sobre la mesa, sobre el cristal, en saliva, era completamente legible un interrogante.
¿vivir?
Permaneció sentado sobre sus glúteos, con sus muslos apoyados, con sus rodillas visibles a través del vidrio, con sus pies descalzos, hasta que la sustancia transparente que provenía de su boca se secó por completo, volviéndose imperceptible para los ojos rutinarios de quienes pusieran un pie en aquel cuarto, con aquella mesa, con aquél vidrio.
No levantó la vista, no tembló ni un segundo de más, sino que, como una sudestada, se levantó y se perdió por el pasillo detrás de la mesa, con el cristal, con su saliva. Se perdió en la oscuridad, mezcló su sombra con la sombra de la escasez de luz. Y se perdió.

sábado, 16 de julio de 2011

Voy a dejarte cuando llegue el verano

La pared verde combina perfectamente con la alfombra negra. La pared blanca hace juego majestuosamente con la alfombra verde, siempre y cuando tenga algunos toques en un tono manzana. Y las paredes rosas, wow, se ven tan bien con tu alfombra roja.
Hay más de lo que se ve, más que ver que no querés ver. Dejás ver menos de lo que hay, más de lo sentís.

Tu mundo de chocolate, no lo vendes tan bien como deberías y estás dejando que todo se erosione, que las paredes se agrieten y que tu fiesta se llene de agua. Tu columna vertebral es una seguidilla de signos de interrogación, alineados perfectamente en una pregunta que choca contra las paredes de tu cerebro constantemente, buscando salir, escapar, pero que nunca dejás tomar forma; sobre el rojo chocolate, tu espalda se contorsiona violentamente, tus ojos convulsionan hasta explotar y empieza a derretirse tu piel.
Todo lo que es tuyo pierde forma.

Un paso al costado de la ficción, sabés que a todos nos pasa lo mismo, mal que bien, y solemos remontar cualquier arranque caprichosamente cruel que el azar nos propone. Pero vos, parecido a un ovillito de lana sobre el suelo de la habitación de alguien más, creés firmemente que sos un ser especial, abzurdamente especial (igual que todos nosotros). No encontrás la respuesta a tu interrogante. No está en el techo, no está en la cama, no está en el cuerpo usado que dejaste sobre ella, ni en tus manos empapadas, ¿en qué?
Lo que el tiempo no pueda resolver, será lo que se coma tus huesos.

Se derrama tu cerebro sobre el piso y todo es humedad. Está latiendo tu sien, a la par de un grito que enmudece la canción que suena desde tu computadora. Living in an empty world, in an empty world... porque todo lo que tu mundo tenía de bueno, está triturado, molido, desparramado afuera, de la puerta hacia fuera. Y vos, adentro de tu ego, adentro de las cuatro paredes de tu mente, adentro de tu cuerpo vacío.
Donde todo es más sensible, todo duele el doble.

viernes, 15 de julio de 2011

I'm here

Creo que desde un primer momento sentí ganas de llorar por cuestiones personales que me volvían a la mente con las imagenes del monitor. Esa cosa de estar en sus zapatos y saber como se está sintiendo, porque ya lo sentí, lo padecí... y recién.
El desenlace ficticio fue otro (creo que él fue mucho más afortunado que yo). Quizás con una pierna rota, pero ella volvió. Quizás, a él no le quedó mucho más para dar en el final, pero se quedó con todo lo que vuelve cuando uno da por dar, da por amor. Dar por amor. Amor que uno siente, y sólo uno siente, a veces. Ese regocijo interno de saber que estamos latiendo con un sentido; ese placer de ver como el sacrificio no es más que un proceso que culmina con esa sonrisa y que, con la fortuna de nuestro lado, a veces se vuelve una mano agarrando la tuya, con una mirada dispuesta a quedarse hasta el fin de los tiempos. 

(en algunos casos, sentimos los dos)

domingo, 10 de julio de 2011

El hombre

No es algo lo que vemos sino alguien interesante y valioso, que provoca en nosotros admiración. Es un hallazgo misterioso y fascinante que, cuando con él sigue adelante todo, nos gusta recordarlo como uno de esos momentos estelares de la existencia.

(Enrique Rojas)

viernes, 8 de julio de 2011

Cuando todavía era bonita

Estaba lloviendo y hacía frío. No tenía más que una campera fina y ningún techo sobresalía de ningún edificio en los cien metros a la redonda de tu casa. El umbral, frente a la que debería ser tu puerta, dejaba un margen de quizás diez centímetros de refugio acuático. Vagamente, recuerdo que era de noche. Lo supongo, porque hacía frío y era verano. Verano, como siempre (como aquella vez, tu mente). Estuve parada, debajo de esos diez, el único espacio donde la caída del agua mermaba un poco, quizás media hora, quizás una hora, o dos. Hacer una recopilación descriptiva es algo complicado, pero estuve un tiempo, hasta que no aguanté más, mis piernas se cansaron, y me senté.

Mis rodillas estaban empapadas, mis pies eran dos hermosas lagunas en las que más de un pez se hubiese deleitado sambulléndose con gracia y entusiasmo, salvo que no había nadie alrededor, ni a cien metros a la redonda, ni a veinte cuadras a la redonda. Lo que suponía ser un almacén en la esquina, resulta que estaba más cerrado que tu puerta ese eterno día de lluvia eterna. Ni salías, ni llegabas, ni me iba. Lo único que estaba pasando en ese momento era la lluvia y yo.

Creo que repasé en mi cabeza más de un billón y medio de veces qué iba a decir, qué ibas a contestar y cómo íbamos a terminar (en una cama mirando la tele seguro que no). Creo que tanto lo repasé, o más bien, lo reinventé, que me costaba discernir entre lo que (no) estaba pasando y lo que realmente quería que pase. Y de creer, voy a pasar a algo que es asumir que somos todas iguales y que cuando se refiere a películas mentales "jamás imaginadas", deberíamos tener varios Oscar en nuestra repisa. Al menos, yo se que me merezco algunos.

Lo que pasó esa noche no fue más que eso, una película, como toda la historia de mi vida, bah. Es que simplemente es más emocionante lo que pasa en mi cabeza que lo que está pasando sobre el planeta Tierrra. Díganme que miento y enseguida me retiro del rubro...

En cuanto al final de esa noche (que no fue mirar la tele, en su cama, calentitos, ni tomar una cerveza juntos en el bar, ni hablar sobre las cosas más locas de su vida, mi vida y mi trastornado cerebro), fue fatal. El tipo jamás salió de la casa, el tipo jamás llegó a la casa, la tipa llamó por teléfono a su casa después de cuatro horas y media sentada en la puerta de enfrente para enterarse finalmente que el tipo se había ido todo el fin de semana a la costa con la minita con la que salía hace seis meses. La tipa, después de la llamada, se quedó sentada, pongamosle, media hora más, intentando a duras penas salir de aquella lluvia fría que le estaba callendo en las rodillas y en lo que hasta hace unos minutos debería ser su corazón (o algo así).

Por suerte, para la tipa, ella estuvo toda la noche sentada en su casa, adelante de una computadora, mirando como él le decía idioteces a través del monitor con algún que otro "jajaja" (lo que significa que no era simple compromiso) mientras que, en su facebook, su estado todavía indicaba "soltero". Por suerte, la lluvia de afuera (quizás lo único real de toda esta historia) no le dejó ninguna neumonía de regalo.

jueves, 7 de julio de 2011

Excuse me

El pero, siempre el pero. El, no se, la mentira de "es que..." y que después no pasa nada, seguimo' en la misma, vieja
Te das cuenta que no se lo estás diciendo al de enfrente, sino que se lo decís al reflejo de vos en la gente. Al primero que querés convencer, es a vos. Porque si no te creés, no te cree nadie, y si nadie te cree, todo se desmorona.

Se desmorona, como un castillo de naipes españoles que construís en la playa el día más ventoso del verano.
Cuando todo se desmorona, te caés. Desde allá abajo no se puede ver bien lo que te rodea.
Levantarse y no volverse a caer. Esa es tu cuestión.
(a la mierda con los peros, y a la mierda lo polite)

viernes, 1 de julio de 2011

Y sin embargo

aunque estés paralizado por las gotas de lluvia en tu frente, el viento cortándote los labios y haciendo llorar tus ojos
aunque tus músculos duelan al contraerse, tus dedos se estremezcan al doblarlos
que tomes lo que te haga falta y te muevas de acá
que sueltes lo que te sobre de ganas, te sobre de energía y lo transformes en movimiento, en un ritmo a seguir
que tengas constancia para ser inconstante,
no inmóvil


viernes, 24 de junio de 2011

Cielo

Tarde o temprano, esto se va a romper... Las cosas no duran, se rompen. Las rompo. Las relaciones, se destruyen. La gente lastima; yo lastimo... Todo duele y todo sangra mientras todos nos rompemos en mil. Mil pedazos, mil lágrimas, mil palabras que sobran y rebalsan. Mi lengua rebalsa, rompe el silencio... Se rompe la confianza y deja caer lo que ama (el corazón). Se vuelve mil, mil dudas, un único llanto: el dolor. Lastima. ¿Se escucha? De como un par de tontos (miles) se mienten, se lastiman; se empujan, se caen, se rompen; se olvidan, se dejan; se parten en mil. Se aman, se queman, se desean; se matan. Mi lengua es su lengua y lo ata y desata, de la cama al bar y del bar a la morgue y de la morgue, renace; de las grietas, renace; de los miles, renace. Se unifica, la cera, tarde o temprano, y lo roto cambia. Y se vuelve a romper, porque todo se rompe; todos se rompen.

miércoles, 15 de junio de 2011

Era puta, o eso dicen las rosas

No me gusta como se visten, ni como se peinan, ni como se mueven. Parecen marionetas, parecen de plástico. Y tengo que escuchar, con los ojos abiertos, la boca cerrada, los oídos quien sabe donde. Sí, claro, tengo que escuchar... traduzco: escucho una música particular que no concuerda con los movimientos de sus labios.

Si me preguntan por que, no sabía que responder, porque realmente esa es la típica pregunta que dejaría en blanco en un examen, a la que le pondría una carita feliz o un signo de interrogación. Entiéndase: no tengo la más puta idea de que tiene que ver esto conmigo.

El mundo está lleno de meláncoles y el mundo está lleno de mediócratas y el mundo está lleno de psicofármacos para calmar uno o lo otro y el mundo está lleno de ilusores, ilusos, ilusiones e ingenuos. Es que simplemente no tengo idea de lo que me están hablando, entonces termino hablando de nada en particular (perdón, olvidé cual era el tema del día).

Las mentiras caminan, las verdades duermen la siesta, y duerme de noche, y las mentiras tienen insomnio, y las verdades, mientras duermen, gimen de dolor, y las mentiras se ríen, y los borrachos vomitan, igual que algunas bulímicas. Y los isoprenoides forman esteroides y a nadie le está importando, total, ya pasó y la mitad está durmiendo sobre un libro distinto, para una marioneta distinta. Pero es todo plástico, y es inflamable, y es infalible (mente, ja!) que tarde o temprano me queme como mala pirómana que soy.

Clic. Que haga clic. Uh, perdón, yo soy pobre y no tengo para descolgarnos. Yo me tengo que sentar a esperar, y que paciencia sea un poquito menos fiestera y se quede conmigo, aunque sea por unos años. No, gordi? Totalmente! Aguante nuestro cliché!


viernes, 10 de junio de 2011

Lo que el maquillaje no puede tapar

Terroríficos payasos hemos de ser hoy. Coloridos, con nuestras naricitas bien rojas, cada morisqueta en su lugar. Terroríficos, escapando del circo.
¿De quién habrá sido la idea de que nos disfracemos todos los días?
¿Quién dice que el marillo con el verde quedan bien, y con el rojo y el violeta y el azul?

Voy luciendo zapatos grandes, remeras cortas y pantalones bien anchos; llevo la cara llena de maquillaje, para no verme yo frente al espejo, para que no me vean ellos detrás del reflejo. Y llevo una nariz roja como mis cachetes, y me pregunto si eso esconde algo, si sirve para algo. ¿A alguien le sirve el disfraz?

Seguro que sí, sino seríamos millones de payasos los que estamos escapando del circo, tratando de ser nosotros mismos, sin ese disfraz que nos proteja de que vean nuestros defectos y nuestras virtudes, tratando de ser acuarela sobre el espejo.

Yo quiero que mis cachetes estén rosas si tengo vergüenza, si siento nervios o si estoy amando. Yo quiero llorar lavando sólo penas. Yo quiero que mi nariz sea única y especial. Yo quiero que mis ojos brillen por sí mismos, sin sombra. Yo quiero quiero que mi sonría sea mía, imperfecta o no, con un pocito o dos...
Me gusta estar frente al espejo y verme a mí tal cual soy, un payaso de terror, pero que no da miedo. Me gusta verme como me ven los corazones que saben ver igual a como veo yo.





jueves, 9 de junio de 2011

I'm just asking

So, baby, go wherever you wanna go.
Then, do everything you wanna do.
And, dream whatever you wanna dream.

So, remind me, every day, why I've chosen to walk this world by your side.
Then, remind me, every minute or so, why is it that I love you so much.
And, remind me, please, who am I, and where do I belong.

So, stay as long as you wish,
Then tell me, if it's true, that you wish to stay a while,
And, honey, please, I'll ask you to stay here.

But, if it's not a real world, a real love, a real me,
So, I'll ask myself to leave,
Then, I'll let yourself dream on,
And I'll ask you, once more, to stay here with me.

So I'll remind you why I've chosen to walk and live this world with you,
Then I'll remind you why is it that I love you so much,
And I'll remind you that it's you where I belong,
Make sure, baby, that no one's gonna ask you to stay more than I do.
So, stay.
Just stay.
Please, stay.
Stay.

domingo, 29 de mayo de 2011

Arco iris en tu puerta

Básicamente, el sol se cayó. De alguna forma, me lo perdí (como tantas cosas pierdo).

Otra vez que me quedé dormida, que las sombras me alcanzaron. Supongo que, a pesar de la noche, encontré luz en algún lado, simbólicamente, dentro de mi mente, en el inconciente. Podría decirse que estaba soñando, y que eso se sentía bien. Pero, ¿de qué clase de sueño se trataba? Del que nunca alcanzo, del que creo que alcanzaré algún día, del imposible, lógicamente. O, se trataba, casi como una ilusión, de los reales, los que voy cumpliendo en cuotas.

Sonriendo, desperté y busqué sus sobras, lo poco que me quedaba del sol. En el límite del mundo, donde el día se roza con la noche en una forma íntima e imperceptible, el lugar donde es prácticamente imposible determinar donde acaba ese eterno affair ni donde vuelve a empezar, miré a través de los kilómetros y sí, encontré lo que había dejado para mí. El eterno degradé de sus matices, evidencia perceptible de la tarde extinguiéndose. Y mis ojos despertándose ahí, para verlo, para no soñarlo, sino vivirlo.

Entonces el sol se cayó, mientras se levantaba del otro lado, y mientras yo me levantaba para sentirlo a través de mi retina. Finalmente siento que a ese lugar estoy llegando, y pasar, y transformar el sueño en una realidad adyacente a vos, acá donde todo se mezcla y se vuelve una ola de color.

viernes, 27 de mayo de 2011

Micro uno veintitrés

Tal vez quise ser más, tal vez menos. Tal vez no quise ser nada, y quise serlo todo. La que no sonreía y la que no paraba de sonreír. Y soy lo que queda en el medio, de respetar que mis facciones permanezcan inmóviles y dejarlas fluír cuando sienten la necesidad, desde la profundidad, de cambiar.
Sería un punto medio, alternando el bien y el mal y toda posibilidad de ser distinta y ser igual.
Hoy me disfrazo de conejito playboy y me encierro un placard para que nadie me vea. Mañana prometo hacer lo que debo hacer, dejando la sensación de libertad durmiendo bajo mi cama.
Cambia una parte, o cambia el todo, o cambia el hecho de que no me siento igual y me siento la misma sólo cuando cierro los ojos, pero en realidad cuando voy caminando por la calle nadie me mira como yo creo que lo hacen.

Pero, ¿para qué? Matar el aburrimiento, evitar caer en la rutina y en lo riguroso del perfecto diez o el medial cinco. Riguroso, perfecto, riguroso, perfecto, riguroso, perfecto.
Volátil. Imperfecto. Aire (y me cago en la redundancia de mis palabras con el paso de los días o los años).
Quiero ser lo que no soy para ser algo nuevo, diferente. Quiero tener la capacidad de sorprender, pero siento que no la tengo, porque me vuelvo predecible, perfectamente predecible.

Pom, pom pom pom, pom! Y marco un, dos, tres.
En una de esas, capaz eso es el equilibrio no rutinario entre lo que se vuelve predecible, porque los rutinarios siempre eligen el cero, siendo siempre predecibles, pero los rutinarios saben sorprender cuando no se trata de matemáticas. Bravo!

martes, 3 de mayo de 2011

Gran

De tu departamento que siempre estaba más cálido que mi casa en invierno, más fresco que mi casa en verano
De como me besabas la planta de los pies cuando me quedaba dormida en tu sillón
De como, cada 29, preparábamos ñoquis caseros
De tu cocina super compacta, repleta de comida para los gustos de todos
De las veces que te hice llorar y llorar... por amor
De como me besabas la frente porque si, cuando pasabas cerca mío
De todas las veces que te asustaste y luego reíste en el teléfono cuando te hacía jodas del banco, Susana y Sofovich
De todos los lugares a los que me llevaste en respuesta a algún capricho mío
De como te despeinaba y te peinaba y te despeinaba y no te quejabas nunca
De como nunca te faltó el lapiz labial antes de salir o de ver a alguien
De las mil veces que me preparaste y me llevaste el desayuno a la cama, sea mate o submarino
De tus comentarios guarangos y desubicados en momentos poco o muy oportunos
De como me agarrabas fuerte el brazo cuando caminábamos por la calle y veías algo que te llamaba negativamente la atención
De como tu puerta siempre estaba abierta para cuando yo tenía miedo de quedarme sola
De como siempre tenías el regalo justo, haciendo quedar mal a todos los demás (la discografía de Los Redondos es uno de mis mayores tesoros)
De como siempre diste hasta lo que no tenías por mí y por mis hermanos
De las peleas que tenías con mamá y de como me venías a pedir que interceda
De todas las pequeñas boludeces que yo decía pero que vos siempre te acordabas
De la carta que te escribí y me agradeciste por años
De como, todos los miércoles, me dejabas meter juguetes en la bañera sin que mamá se entere
De como adorabas a tu yernito... jamás estuvimos más de acuerdo en algo
De los días que simplemente te sentaste al lado mío mientras yo estudiaba porque no sabía estudiar sola
De como siempre me preguntabas si andaba con alguien y si me gustaba alguien y esas cosas que yo siempre contestaba con: "los hombres son una mierda"
De como me viste feliz contradiciéndome a lo que tantas veces repetí y te pusiste contenta
Del orgullo que siempre había en tus ojos al verme crecer y ser mejor año tras año
De la admiración que siempre te tuve, copiando tus delantales, tu lapiz labial, tus alhajas, tu destreza en la cocina
De la forma en que escuchabas mis silencios y respetabas mis verborragias
De como siempre le preguntaba a mamá cuando venías, aunque hubieses venido ayer
De la Gran Mujer que fuiste, sos y serás siempre
De todas las veces que me repetiste lo mucho que me amabas, haciendo que se me llenen los ojos de lágrimas


No me olvido ni me voy a olvidar nunca.

domingo, 1 de mayo de 2011

Para pertenecer

Porque queda flotando en el aire algo más que ácaros, y es algo que sólo tus ojos y los míos perciben. Que va más allá del haz de luz que entra por la ventana superior de mi habitación, que se que, recostada en mi cama, se ve mejor este mundo. 

Puedo ver más con los ojos cerrados, dentro tuyo. Porque se que puedo meterme en tu cuerpo y navegar tu corazón, y navegar sin detenerme, sólo navegar y aprender lo nuevo, lo mágico, la incógnita a descubrir en este mundo.

Huellas que se borran, caminos desandados y para andar. Andarlos, cuando dos manos chocan. Existe ahí lo que no todos pueden ver y emerge del alma el fuego propio de cada ser. Que podés quemarme. Porque quiero, porque ese es el calor de este mundo.

Donde, por fin, todo encaja. Del rompecabezas de tu vida faltan las piezas, sólo, de los días por vivir. No existe un veraz. No existe un hipoteca de amor. No existe la deuda (- e). Y el hogar en el que tus dedos viajen sin fronteras, que tus pies no sientan frío, que tu boca duerma entreabierta a la simple espera de un beso...

Acá me quedo, en lo invisible de este mundo... Pero este suelo que es tuyo, estos ojos que ahora son tuyos, esta voz que sólo sabe callar para vos, cantar para vos, en este mundo que creé y creamos, de los dos.


(where I love you)

domingo, 24 de abril de 2011

La mitad de un todo oxidado

Fielmente un eco mudo llenando mis carcajadas,
eco de sueño, de tu mirada, de perfumes.
Canciones para decir que no,
para ignorarte y engañar al cielo.
Metáforas que dejás pudrirse,
en un cajón, bajo la cama, dentro de vos.

Ojos ciegos que miran fijo el piso al caminar,
reconociendo tus pies y el vaivén de tus manos,
danzando en las comisuras, en tus arrugas.
Ojos, mas no bocas, más un reflector
de espaldas al mar y las olas y un chau.

Vemos hoy lo que no vimos ayer,
que quizás a veces no vemos nada.
Esperamos impacientes que algo venga de donde no hay nada.
Decimos lo que ayer dejamos sin decir
y no terminamos nunca de entender
que el porque de los porque no es sensato y miente bien.

Se hace agua tu sonrisa,
se derrite otra vez el sol.
Todo tiembla, y todo cesa.
Es espeso lo violáceo de las nubes
y ves tormenta a la distancia.
En tu omóplato guardas dos marcas,
que la lluvia no va a borrar hoy.

Parcialmente infinito.
Como parcialmente la luna sobre la arena.
La mitad de las mitades
y la mitad de un todo oxidado.
Como volver de donde no se vuelve nunca
pero volver cuando se encuentra la ruta.
No valen las dudas, ni el augurio gris.

Somos matices y somos deslices.
Somos la mezcla efervescente
de un arcoiris parcialmente infinito,
fragmentos de lluvia y sol,
fragmentos de los fragmentos mismos
del amanecer después de la última noche,
de tormentas y tormentas de las últimas.

viernes, 15 de abril de 2011

Monsters Incorporated

Me pasaron tantas cosas.
No sabés, empezó a llover ácido (lluvia ácida) y me desintegró el techo de mi habitación.
Ahora tengo una habitación a cielo abierto y veo la luna.
Y no sabés...
Resulta que encontré un monstruo abajo de la cama
Pero no lo puedo sacar..
Yo te conté, que se trabó todo, al igual que se traba el mundo a veces..
Y entonces está ahí, haciendo ruido.
Pide comida.
Creo yo.
Capaz quiere comerse la luna
Porque seguro se filtran algunos rayos de luz y se dio cuenta que existe
Y que es gorda y deliciosa.
Pero la luna es nuestra, no?
No se la voy a dar.
Ni lo voy a dejar salir a él.
Mirá si cuando vos y yo nos quedemos solos, en lugar de comerse la luna, nos come a nosotros?
Que tragedia.
Mejor no.
Que se quede ahí
Y nosotros con la luna.
Verdad?

Y me pasaron tantas cosas..
Como que me di cuenta de la velocidad del corazón.
La luna ahora es testigo de esa velocidad.
Y el pequeño intruso abajo de la cama.



Testigos, al fin y al cabo,
de que te amo.

lunes, 4 de abril de 2011

It's oh so quiet

Habla del silencio. En silencio, le dijo.
Transformándose, del todo a la nada y viceversa, en la porción más pequeña de su verborragia, en el universo mismo de sus palabras. Y el universo que conlleva la idea misma de no articular esas palabras.
Con el paso lento del tiempo, como un goteo monótono, se quedó en silencio, mas no callado. Lo que dijo sin decir, lo que se puede decir sin mover las cuerdas vocales, sin poner en marcha los músculos de su lengua. Él dijo, le dijo.

Y un brillo, una sonrisa entre sus pupilas, y el silencio de su boca, y los gritos mudos de su cuerpo para decirle, en silencio, lo que le dijo.



viernes, 1 de abril de 2011

Entre mis ojos y los tuyos

Donde podés tocarme,
donde podés mirarme,
existe un espacio donde nos volvemos reales.

Cuando podés respirarme,
cuando podés reírme,
existe un tiempo en el que somos posibles.

Y ahora, y hoy, y acá,
recorriéndonos,
existe una ruta para tus dedos.

Y después, en la luna,
después, en la tierra,
después, entre tus manos,
y después, no hay más que nada.

Un roce, la satisfacción,
y, tarde después de un tarde,
entender(nos), sobre todo, lo que hay,
adentro, afuera, entre el aire.

sábado, 26 de marzo de 2011

Le gusta ser feliz

A él le gusta escuchar una canción con puras palabras. Le gustan las frases; le gusta que vayan lento.. No le gustan los solos, ni le gusta andar solo.
Me dijo, alguna vez, que le gustaría tocar la guitarra. Dijo, e hizo. Aprendió y tocó para mí. Después, no tocó más. No le gusta presionarse, no le gusta no disfrutar lo demás, lo cotidiano.
A veces se sentaba conmigo. No muy a menudo, pero lo hacía, y me contaba lo que quería ser de grande. Yo quería ser otra cosa, no esto que soy. A él le gustaban muchas cosas, supongo que por eso nada le gusta lo suficiente como para esforzarse.
Le dije, una vez, que me había enamorado. Después no me enamoré más, y él se quedó con todos mis cuadernos. Le pedí que no los tire; ahora me arrepiento. No le gusta que sufra de eso.
Le encanta amar. He loves to love. Piensa que a mí no me gusta, pero en el fondo, debajo de lo que se deja ver, donde está todo lo que no se ve, a mí me encantaría estar en su lugar. Pero shh... que no lo sepa. A él le gusta discutirme esas cositas cursis del corazón, con los pétalos de rosa en la cama y las canciones detrás de las fotografías; a mí me gusta que discuta.
Le gusta despilfarrar plata haciéndose feliz. O haciéndola feliz. De vez en cuando, haciéndome feliz. Y qué felices llegamos a ser! O tal vez no, pero disfruto su carita y sus ojitos sonriendo. Porque hace lo que le gusta, siempre.
A diferencia de mí, él sabe lo que le gusta. Por eso es tan feliz.
Incluso cuando está triste, sabe encontrar lo que le hace querer salir, seguir y ser. Y encuentra algo de eso en ella, en sus brazos, en su voz y en su boca. Hay días que lo encuentra en mí, pero esos tiempos se van con el cambio y con los años. Yo me fui y él se fue yendo lentamente.
Ahora nos gustan muchas cosas, pero a mí me gustaría estar lejos más que cualquier otra cosa. A él le gustaría mudarse, amarla hasta el fin de los tiempos y que el mundo se llene de ese amor que se les escapa por los poros todos los días.

jueves, 24 de marzo de 2011

Perfectamente balanceada

Contradicciones de la vida. El equilibrio, otra vez.
Que se puede ser feliz con muy poco.
Que en dos segundos esa felicidad puede irse.
Que en quince minutos podés recorrer un océano inmenso de emociones y volver.
Y siempre igual, siempre buscando una soga para atarte a la realidad y no caer en el juego del delirio, viejo enemigo de tu inconciente. Lo tuyo es el viaje constante por la contradicción, la ida y la vuelta al placer y al dolor.
Que vas a estar mejor, y que vas a estar peor, según el ángulo de observación. Pero que vas a estar, donde la balanza te mande.


miércoles, 16 de marzo de 2011

Me di cuenta de vos

Siempre es como ayer.. no, siempre es como mañana, siempre es como siempre, dicen.
Y pensé que quizás mañana estaba todo bien, que ayer fue cuando no, pero siempre vamos hacia adelante, donde el bien es bien y el mal se va, se va.
Pensando, quizás, me di cuenta de vos y dejé de pensar. En un rincón de tu sonrisa, siempre me abrigaste, me diste calma y el mañana. Siempre. Dejé de pensar, es igual a empezar a sentir, es igual a dejar(me) ser(feliz).

Me di cuenta de vos.
Y siempre es como ayer, cuando hablan las paredes en un murmullo sólo perceptible cuando no concilio el sueño. Como mañana, que no escucho nada salvo esta paz. Y este siempre, esté siempre acá, estés.

Sale el sol. Salgo. La calle es mía, el sol lo tengo yo, siempre, como mañana, como vos.

miércoles, 9 de marzo de 2011

you know you are all that i live for.
you know i'd die just to hold you...

Los cactus pueden secarse

No puedo ni escupir dos palabras que me caigan bien.
No cuento más de dos o tres personas que jamás me hayan hecho llorar.
No encuentro ni un motivo para no sentirme como me siento, y si existen, resulta que están opacadísimas por la mierda misma de vida que llevo.
Si, todo ME sale perfectamente bien, salvo que todo LO ROMPO. Pedacitos, astillitas asquerosas alrededor mio, flotando, molestando, generando grietas y haciéndome toser. LOS ODIO.

Y NADIE SE DA CUENTA? tengo que gritar cuando me duele? tengo que romper ese espejo para que suene, retumbe en algún lugar en esta casa?
Claro, hacemos oídos sordos... total, todo se resume a una x o una patente. UNA X O UNA PATENTE!
Estoy llorando arriba del teclado y se que puedo fantasear con que misteriosamente todo se vuelva luz y electricidad atrapando mis sentidos... puedo fantasear, sin que se haga realidad porque tengo SUERTE y todo me sale al revés, por mucho que me esfuerce.

Pero ya está, ya no tengo ganas ni de fantasear. Incluso ahí está todo patas para arriba...

y esta estúpida pretende ser licenciada en algo... ALGO, la nada misma, si, eso, la nada misma...




martes, 8 de marzo de 2011

Seda

"Así pudo ver,

al final,

de repente,

el cielo sobre el palacio tiznarse por el vuelo de cientos de pájaros, como si fuera un estallido de la tierra, pájaros de todo tipo, desorientados, huyendo hacia cualquier parte, enloquecidos, cantando y gritando, pirotécnica explosión de alas y nube de colores disparada en la luz y de sonidos asustados, música en fuga, volando en el cielo."

viernes, 4 de marzo de 2011

Malvón

El patio olía a malvón. Siempre, cada verano.
Si algo nunca les faltó fue el mate, la chocolatada y las vainillas... y el olor a malvón.

El olor. Que hoy me volvió mientras caminaba en el barrio y me llevó, brevemente, de viaje, a esos veranos.
¿Desaparecieron? El patio ya no huele a malvón. Ni a chocolatada ni a vainillas.
Ni se sienten las risas, no se oyen los murmullos al caer el sol.

Ahora, alguien, de vez en cuando se sienta en esas mismas sillas, a contemplar la noche, a fumarse un cigarrillo, y ver la luna entre los pinos del fondo, detrás de la medianera. Sin olor a malvón.



jueves, 3 de marzo de 2011

Magnetismo

Ella era el tipo de personas que todos volteamos a mirar ni bien entra en el salón. Ella, y su pelo flotando detrás, eran la clase de maravillas por las que uno podría dejar caer la mandíbula en dos segundos. Ella era, entre otras cosas, ella. Simple y exquisita. El tipo de persona que yo volteé a mirar cuando me chocó mintras caminaba por la avenida que corta mi calle. No se que fue lo que más me gustó de ella, o quizás es que no puedo describirlo.

Ella era, en pocas palabras, la del pelo largo y siempre suelto (igual que ese día) y la que exhibe su sonrisa por doquier especialmente con sus ojos oscuros, la que me dijo "perdón" con la voz más rica del planeta, con ese tono adormecedor al que inevitablemente contestás "sí". Era ella, y nadie más que ella, la que yo me quedé mirando por algunos minutos mientras se alejaba de mí y de aquel punto de encuentro.

Se que fue algo más, y mucho más fuerte, que su pelo, sus ojos, su voz y la magia interminable que desprendía su cuerpo moviendose grácilmente sobre las baldosas de aquella vereda. Fue algo más que chocar y verla pasar, y lucir sus jeans ajustados, sus zapatos negros y sus remeras tan variadas, tan in, tan... sí, miré su ropa, miré como se mecía su pelo al mismo ritmo que avanzaban sus pies. Todo en esa vereda. Y todos los días después de chocar ese día. Porque la vi y no pude dejar de mirarla, y de chocarla.

Ella era espectacularmente única y capaz de volverme loca, capaz de dejarme pensando por horas en cada mínimo detalle, capaz de pedir disculpas una y otra vez y otra vez todos los días desde aquel día que chocamos por primera vez. Hasta hoy, ella era lo que más me atraía por estos lados del mundo, lo que más me motivaba a no esconderme más, pero (palabra inevitable cuando la vida muta todo el tiempo, no dejamos de mutar dicen) entendí su existir y el mío aparejado al de ella. No fue difícil, a pesar del tiempo que me tomó, comprender, a pesar de lo magnífico de sus pupilas, qué era lo que captaba mi atención con tanta obstinación, de mis sentidos, de mi concentración.

Seguridad. Con seguridad, era su seguridad. Ella era seguridad. El aire que ondeaba dulcemente, rodeando sus facciones, era candente seguridad. Ella emanaba ese "sí" a gritos, era ella un sí con un signo de exclamación a su lado. Seguridad, susurraban las finas líneas de sus ojos y la comisura de su boca, seguridad.

Infalible confianza destilaban sus pies en contacto con la vereda y yo que miraba, hipnotizada. Y era esa milésima de segundo en la que destellaba su esencia cuando yo me pegaba a su evidente perfección (la que ella me hacía creer).

Aspiración, el querer ser, sus zapatos, sus jeans, sus remeras de colores y lo grato en el tono de su voz pidiendo disculpas al chocar con los desconocidos (por siempre) que caminan el mundo después de que lo pise ella.

Mi mirada con tu luz

Miré dentro de tus ojos y pensé en el regreso desde ellos, simplemente convencida de que ahí estaría yo.
Al contrario, vos estabas al cruzar la calle y yo mirando un semáforo siempre verde. Entre tu mirada y la mía, el cristal.

Y alcanzarte, y rodearte con mi voz, y verte sonreír en cada rincón de tu rostro.
Al esperar que todo sea distinto esperamos que sea mejor.
Yo no quiero esperar para cruzarme con tus ojos. Mejor o peor, yo sólo quiero que sea distinto.

lunes, 28 de febrero de 2011

Tu mano es mi motor

Tan rápido que iba todo, los segundos que frené para tomar aire me parecieron eternos. Miré a mi derecha y vi el mundo dentro de una ráfaga de viento, quedando yo kilometros detrás, mirando el horizonte cual persona abandonada en medio del desierto.
Y así me sentí. Sola y al borde del desmayo, al menos por un momento, abrumada por tanto silencio y por un escenario infinito.... hasta que me agarraste la mano de imprevisto.
Quizás no siempre estamos solos, simplemente debemos aprender a buscarnos y arrancar otra vez. Tomar lo necesario de lo que nos rodea, tomar impulso y tomar una buena dosis de optimismo que nos dé el envión que falta para patear un poquito más sobre la arena hasta llegar donde queremos. Improvisar una salida, montarnos en una nueva ola de esperanza y seguir, nunca quedarnos quietos.
Yo se que no me puedo apagar... una parte de mí siempre tiene que brillar, siempre. Y seguir, no frenar más, seguir hasta llegar...
Yo se que vos me vas a acompañar, como siempre, desde siempre, y no vas a soltarme la mano nunca más (nunca, nunca más!).

lunes, 21 de febrero de 2011

Pruébame y verás que todos somos adictos

Probé borrarte, ignorarte.
Entre todo lo que se esfuma fuera de foco, tu figura vuelve nítida mientras duermo.
Probé meterte debajo de mi piel.
Me desangré tratando de sacarte de ahí; me desangré y morí.
Intenté dormir y despertar fresca, dejando la ventana abierta.
El insomnio se volvió una enfermedad que se instaló en mi cama por vos. Un fiel reemplazo.
Probé traspasarme y transportarme.
Del otro lado, siempre estás vos. Nada te detiene; perseverante como un dios.

La única vez que mis intentos tuvieron éxito, flaqueó mi voluntad y terminé cediendo al temporal de tus palabras, porque saben bien, porque me endulzan hasta los huesos. Así lo quise.
Porque probé odiarte con cada gota de sudor y cada gota de sangre derramada, y sin embargo siempre es más fuerte tu presencia, tu esencia, mi demencia.

Aniquilarte con lo que sea, con lo que más queme las heridas y las cicatrice. Devorar este silencio eterno que nos condena, que me contamina la conciencia, me llena de culpas.
Yo no me equivoqué, sigo fallando.

domingo, 13 de febrero de 2011

Y dejar sólo el resto

Un mar, soy.
Profundo, oscuro, inquieto.
Y los miles de secretos que esconde,
son mis miles de secretos,
que oculto al margen de mis pupilas...
donde nace el oleaje y cerca de la orilla,
donde muere tu bruma, tu espuma, tu sal.
En ese rincón,
en ese cuarto oscuro entre mi piel y mi aliento,
es posible que haya dejado algo para vos.
Un resto de esta roca, mi nuevo corazón,
para que termine de erosionarse con tu desprecio,
quebrar este caparazón
y abandonar esta porción de mundo,
impávido ante tanta indiferencia.

Un mar, puedo ser.
Crecer cuando tu alma mengúa,
mermar mi magia al elevarse tu ego.
Y en el descenso, que quede un aroma a fresco
escurriéndose entre las luces,
mezclándose con una sigilosa caída de sol,
sobre el mar, sobre mí.
Detrás, detrás de la penumbra de nuestra razón,
estoy cantándote, y vos estás durmiendo,
lentamente y te ves bien,
lentamente y quiero enredarte en mis brazos,
hacerte parte de mí, inexorablemente.

Un mar, quiero ser.
Sumergirme con vos,
sumergirte en mí.
Somos dueños de este naufragio
y de todo este tiempo, nuestro momento.

Alcanzaré el paraíso,
después de algunas horas,
de algún que otro pernocte.
Te alcanzaré...
en tu momento de mayor esplendor,
rozando la excelencia,
y de esto no habrá resto,
salvo esa fracción de corazón.

Sabré olvidar, y perdonar,
y elevarme más allá de mí,
más allá del mar.

lunes, 7 de febrero de 2011

Distinto

A decir estupideces.
Arriesgar una y mil veces(?).
A ser idiota por naturaleza y CAER SIEMPRE ante la vaga certeza de que en esta tierra todo se paga.
A querer más que un NADA MAS, a desnudarte una vida de veces.
A SER DISTINTO A LOS QUE SE PARECEN...
A ser un poco menos conciente.


A reír sin preocuparme.




No ser convencional. Hace tiempo se sabe, como si subido a una nube fuese más fácil viajar hasta el lugar donde no importa ni en pedo como deberíamos ser. Y surgió contrariamente a lo que considera casual (de la casualidad de su causalidad), por ende fue causal. Que causa, muy diferente a lo que solía ser antes, un puñado de emociones difíciles de contener en los puños que las apiñan con indiferencia (no las quiere dejar salir). El cause de su vida tiene vida propia y causa intriga, extraña amiga de la curiosidad... va a probar más que puro hielo entre sus dientes.
Entonces, quedan solos sobre en ring, en una esquina las emociones reveladoras de un nuevo andar, ese andar distinto al que lo trajo hasta acá anoche... en la otra esquina, su cuerpo viejo hecho un manojo de ideas que huelen mal, que no se tocan hace tiempo, que no se miran ni se sienten ni se sacan a la luz, su cuerpo que camina sonámbulo detrás del sol (demasiado diferente para viajar a la par, demasiado para mirar a los ojos, suficiente para mostrarle su nuca siempre...).
Y es distinto verse así, después de verse asá. Y es distinto que fulano sea asé, que mengano sea asé... y asé, asé, asé. Sólo se deja notar la diferencia, acentuada en sus pupilas dilatadas a las 3 am de un lunes casi nublado.
Fiel a Luna, desnuda su estupidez en cada copa que vacía, y se deja llevar por la nada misma en su boca. Llámese impulso, deseo, embriagarse, amor por algo que no comprenderíamos nunca... llámese como quiera.

(cuarta estación)