lunes, 28 de febrero de 2011

Tu mano es mi motor

Tan rápido que iba todo, los segundos que frené para tomar aire me parecieron eternos. Miré a mi derecha y vi el mundo dentro de una ráfaga de viento, quedando yo kilometros detrás, mirando el horizonte cual persona abandonada en medio del desierto.
Y así me sentí. Sola y al borde del desmayo, al menos por un momento, abrumada por tanto silencio y por un escenario infinito.... hasta que me agarraste la mano de imprevisto.
Quizás no siempre estamos solos, simplemente debemos aprender a buscarnos y arrancar otra vez. Tomar lo necesario de lo que nos rodea, tomar impulso y tomar una buena dosis de optimismo que nos dé el envión que falta para patear un poquito más sobre la arena hasta llegar donde queremos. Improvisar una salida, montarnos en una nueva ola de esperanza y seguir, nunca quedarnos quietos.
Yo se que no me puedo apagar... una parte de mí siempre tiene que brillar, siempre. Y seguir, no frenar más, seguir hasta llegar...
Yo se que vos me vas a acompañar, como siempre, desde siempre, y no vas a soltarme la mano nunca más (nunca, nunca más!).

lunes, 21 de febrero de 2011

Pruébame y verás que todos somos adictos

Probé borrarte, ignorarte.
Entre todo lo que se esfuma fuera de foco, tu figura vuelve nítida mientras duermo.
Probé meterte debajo de mi piel.
Me desangré tratando de sacarte de ahí; me desangré y morí.
Intenté dormir y despertar fresca, dejando la ventana abierta.
El insomnio se volvió una enfermedad que se instaló en mi cama por vos. Un fiel reemplazo.
Probé traspasarme y transportarme.
Del otro lado, siempre estás vos. Nada te detiene; perseverante como un dios.

La única vez que mis intentos tuvieron éxito, flaqueó mi voluntad y terminé cediendo al temporal de tus palabras, porque saben bien, porque me endulzan hasta los huesos. Así lo quise.
Porque probé odiarte con cada gota de sudor y cada gota de sangre derramada, y sin embargo siempre es más fuerte tu presencia, tu esencia, mi demencia.

Aniquilarte con lo que sea, con lo que más queme las heridas y las cicatrice. Devorar este silencio eterno que nos condena, que me contamina la conciencia, me llena de culpas.
Yo no me equivoqué, sigo fallando.

domingo, 13 de febrero de 2011

Y dejar sólo el resto

Un mar, soy.
Profundo, oscuro, inquieto.
Y los miles de secretos que esconde,
son mis miles de secretos,
que oculto al margen de mis pupilas...
donde nace el oleaje y cerca de la orilla,
donde muere tu bruma, tu espuma, tu sal.
En ese rincón,
en ese cuarto oscuro entre mi piel y mi aliento,
es posible que haya dejado algo para vos.
Un resto de esta roca, mi nuevo corazón,
para que termine de erosionarse con tu desprecio,
quebrar este caparazón
y abandonar esta porción de mundo,
impávido ante tanta indiferencia.

Un mar, puedo ser.
Crecer cuando tu alma mengúa,
mermar mi magia al elevarse tu ego.
Y en el descenso, que quede un aroma a fresco
escurriéndose entre las luces,
mezclándose con una sigilosa caída de sol,
sobre el mar, sobre mí.
Detrás, detrás de la penumbra de nuestra razón,
estoy cantándote, y vos estás durmiendo,
lentamente y te ves bien,
lentamente y quiero enredarte en mis brazos,
hacerte parte de mí, inexorablemente.

Un mar, quiero ser.
Sumergirme con vos,
sumergirte en mí.
Somos dueños de este naufragio
y de todo este tiempo, nuestro momento.

Alcanzaré el paraíso,
después de algunas horas,
de algún que otro pernocte.
Te alcanzaré...
en tu momento de mayor esplendor,
rozando la excelencia,
y de esto no habrá resto,
salvo esa fracción de corazón.

Sabré olvidar, y perdonar,
y elevarme más allá de mí,
más allá del mar.

lunes, 7 de febrero de 2011

Distinto

A decir estupideces.
Arriesgar una y mil veces(?).
A ser idiota por naturaleza y CAER SIEMPRE ante la vaga certeza de que en esta tierra todo se paga.
A querer más que un NADA MAS, a desnudarte una vida de veces.
A SER DISTINTO A LOS QUE SE PARECEN...
A ser un poco menos conciente.


A reír sin preocuparme.




No ser convencional. Hace tiempo se sabe, como si subido a una nube fuese más fácil viajar hasta el lugar donde no importa ni en pedo como deberíamos ser. Y surgió contrariamente a lo que considera casual (de la casualidad de su causalidad), por ende fue causal. Que causa, muy diferente a lo que solía ser antes, un puñado de emociones difíciles de contener en los puños que las apiñan con indiferencia (no las quiere dejar salir). El cause de su vida tiene vida propia y causa intriga, extraña amiga de la curiosidad... va a probar más que puro hielo entre sus dientes.
Entonces, quedan solos sobre en ring, en una esquina las emociones reveladoras de un nuevo andar, ese andar distinto al que lo trajo hasta acá anoche... en la otra esquina, su cuerpo viejo hecho un manojo de ideas que huelen mal, que no se tocan hace tiempo, que no se miran ni se sienten ni se sacan a la luz, su cuerpo que camina sonámbulo detrás del sol (demasiado diferente para viajar a la par, demasiado para mirar a los ojos, suficiente para mostrarle su nuca siempre...).
Y es distinto verse así, después de verse asá. Y es distinto que fulano sea asé, que mengano sea asé... y asé, asé, asé. Sólo se deja notar la diferencia, acentuada en sus pupilas dilatadas a las 3 am de un lunes casi nublado.
Fiel a Luna, desnuda su estupidez en cada copa que vacía, y se deja llevar por la nada misma en su boca. Llámese impulso, deseo, embriagarse, amor por algo que no comprenderíamos nunca... llámese como quiera.

(cuarta estación)