martes, 30 de noviembre de 2010

Acostumbrate

Pasó que no entendí por que mi bandera viró del verde al gris... pasó que no entendí.
Y nos pasó que no entendimos por que, de repente, teníamos que acostumbrarnos otra vez.
Y no supimos si era la ausencia, el delirio o el tacto mismo. No supimos.
Pero pasó que te diste vuelta, encontraste sangre y volviste a voltear. Ahí estaba yo, siendo tan yo, tan sumisa y tan rebelde... quisiste ceder, quisiste escapar; incluso, gritarme. Al final, me abrazaste y dijiste mi nombre.
Mi nombre.
Yo intenté soltarme, como cada vez. Entonces, mi nombre.
Yo intenté soltar tu bandera, soltar tus ojos y mi bandera se incendió.
Pasó que no entendí el porque de este final, tan último como primero y tan extraño como real.
Y todo lo contrario. Todo. Porque no supimos entender que debíamos acostumbrarnos.


a veces siento que desaparezco porque, según vos, yo ya no existo ahí.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Los árboles lloran de pie

En que mundo estarás viviendo que no me oís,
en que estrella te habrás escapado para no distinguirme más,
entre que paredes te habrás perdido que ya no te puedo encontrar...

O será que yo dejé mi piel acá...
Donde vos seguis rondando,
pero de mi no queda nada,
no queda alma, sangre o luz.

Al menos no en ese lugar...
Infierno, cielo; mar o tierra; ficción o realidad;
¿Cuál es la diferencia entre tocarte y traspasarte?
Si aún así, no estamos en el mismo lugar.

En que mentira estaremos hurgando de más,
a quien estaremos abriédole las heridas con cada bostezo,
sobre que suelo habré dejado mis hojas secas, mi retazos inservibles...

Y donde no estamos más,
ni donde buscamos más.
Pero donde si estuvimos,
donde los árboles lloraron de pie.
Donde lloramos de pie, salvo que seguimos en pie.





martes, 23 de noviembre de 2010

Con los pedales pegados a los pies, da

Turu tutu turu tutu turu... ♪
No gusta más. No gu...
¿Qué si? ¿Qué sigue si? ¿Qué fue?
Que tanto que no que no da...
Tu tutu tú tutu tú...
Tú no. ¿Quién si? ¿Quién sigue?
¿Quién fue que puso, no pu...?
To que va, (b)vien.
No gusta más. No duele más.
Confunde, no funde. No influye.
No más. ¿Qué si? ¿Quién si?
Yo si. Sigo. Sí. Voy bien,
como viento en popa,
como un blues, un ska y una cumbia.
Como todo, sigo. El tiempo.
Po... Podía. Mos, más, pude.
Ta táa ta rarará. Tara rarara rá!
Me gusta este lugar.
¿Qué si? ¿Qué sigue?
El cambio: de estación, de tren, de clima, de camino, de ambiente, de gente, de percepción, de nube, de ritmo, de canción, de fiebre, de daños, de puñales, de miradas, de sonrisas (porque ahora son de veritas, de veritas tara rá raáaa ♪).

Es el día, nene, nena, que dejes de buscar globos de colores entre la gente. ¿Sabés qué? Hay demasiados y el color que te gusta está por allá (--->). Andá, buscalo. No pierdas tiempo acá. Eso sigue.
Y es momento, nena, nene, de subirte a la bici que tanto cuidás, de pedalear con fuerza, muy fuerte, y dejarte llevar. Por allá (--->), vi pasar un buen sueño: ponele tu nombre y andá, alcanzalo.

Pa pá pa paá paráa pa!
Una vela, no da. Da, da luz.
Y con eso aflojá.
Y con cada cosa que queme.
Y da, sí da, que dejes...
¿Qué no? ¿Qué no da, da, diste?
No da, porque no importa.
Por vos, dá, por ella, no da.
¿Qué si? ¿Qué sigue si...?
Para qué preguntas.. pará ra ráa...
Para resolver una duda, da.. no da.
Que no da...s más.
Aflojá, dejá. El cambio, va.
Sí va. ¿Qué va? ¿Quién va?
¿Dónde va, quien sea que va, a lo que sea que va?
No importa, si da, andá.
Alcanzá. Pedaleá.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Gracias, por no volver

Inevitablemente, tengo que hacer y decir esto... Más que nada porque espero que sea definitivo, y más que nada porque quiero que sea real.
Como si lo hubiese pedido, sin darme cuenta, me dijiste todo lo que me faltaba escuchar. Y que me falte no significa que me guste o que lo quiera, sino que es el eslabón perdido de esta cadena de histeria y fantasías que tan perfectamente garabateé en mi cabeza todo este tiempo.
Se supone que reconocer un error es el primer paso para solucionarlo, que darse cuenta de la veracidad de los hechos nos pone en las manos la posibilidad de hacer las cosas mejor en un futuro. Ciertamente, hoy no creo estar ni mejor ni peor que ayer, no cambiaron tantas cosas, ni cambiaron desde el lunes, o hace un mes. El cambio está en las actitudes, en las decisiones que tomemos para con él en torno a un mañana; yo se que todavía no me puse a prueba en ciertos aspectos.
Entre todo, me hiciste admitir ideas que venían teniendo lugar, pero que nunca dejé salir a flote. Es decir, se que no soy tan boluda y me doy cuenta de muchas cosas; pero siempre elegí padecer sentimientos distintos a los que debería por el simple hecho de que me resultaba menos doloroso (error #1)... le busqué excusas a TODO para que encaje perfectamente con lo que creía poder controlar. No es así, Fer, no. Las culpas a quien correspondan, los gritos a quien los merezca y las sonrisas a quien debas sonreír.
Y sí, tantas veces me dije a mí misma que aprendí demasiado estos meses, pero sólo tengo la teoría. En mi mente, todo está claro, pero aparentemente falta la sustancia conectora entre el cerebro y los músculos para ejecutar lo que marque la diferencia. Y sí, ¿cómo voy a poner en marcha algo que corrió, frenó y terminó su ciclo? (error #2). Hay que empezar ciclos nuevos, para lo viejo ya la cagué bastante, para lo viejo el daño es irremediable, para lo viejo... guardar lo bueno, y que lo malo no nos llame pidiendo que lo salvemos. Ciertas cosas del pasado no se pueden salvar, sabés?
Las personas son sólo personas, y las personas son seres únicos e irrepetibles y maravillosos especímenes para descubrir. Las personas quizás estamos para descubir y conocer a otras personas, pero cada cuál, por la variabilidad de caracteres y personalidades, tiene un tiempo, un modo de pensar, de creer, una forma de ver las cosas, de sentirlas, y de entender. Yo no puedo aceptar que mis personas no me entiendan (error #3). Siempre me consideré defectuosa en eso: tengo mi ritmo y espero que lo sigan, y espero que tengan la capacidad de apreciar las cosas a mi modo. Y no. Así es como la gente me decepciona. Si yo llego a conocerlos, a entenderlos y aceptarlos, es mi cuestión; ellos irán con sus ritmos y sus ojos y su manera... y así está bien.
También, creo que pasé mucho tiempo jugando un partido que ya había perdido (error #4). Ahora asumí que bajar los brazos no es lo mismo que estar derrotado. Nada que ver, pero nada de nada de nada de nada. Hay un abismo... hasta dos abismos, quién sabe! Se necesita mucho coraje para asumir una derrota, que es aquel momento en el que se toca fondo y no se sube, que ya todo está estancado y es mejor soltarse antes de que nos ahoguemos. Y bajar los brazos, es retirarse antes de tiempo, es no darlo todo cuando todavía hay algo porque jugarse. Es momento de aprender a retirarse cuando realmente hayamos perdido y a seguir jugando cuando quede algo por que jugar.
Y Fer, por favor, querete siempre. Siempre, querete. Vivite mientras puedas, mientras haya gente que te diga cuanto vales (creeles). Y parte de quererte, es no dejar que la gente te haga daño sabiendo de antemano que así será, y quererte es no dejar que te boicoteen, quererte es no repetirte, quererte es aprender(te), quererte es decir que no cuando es no, quererte es cuidarte en todo aspecto y querer lo mejor para vos, y quererte es quererte.

Y gracias por no dejar que siga adelante con una obsesión insana, y gracias por hacerme ver, y gracias por no volver, por no dejarme entrar otra vez a aquel lugar donde me cegaba y no veía mis errores, y gracias por confiar en... no, gracias por no confiar, porque así me enseñaste más que nunca.

jueves, 18 de noviembre de 2010

El segundo capítulo de Lost

Estaba muerta. Me levanté y estaba muerta.
Morí mientras lloraba. Morí mientras me ahogaba en mí, en una idea redundante. Y me morí pensando que era mi culpa, como siempre, y que posiblemente no fuese a revivir nunca más.
Y así me levanté, completamente muerta. Casi como que me pisó un tren, o como que me corté las venas ante los ojos de un dios omnipotente que no hizo nada para evitarlo... así, muerta como si un cáncer me hubiese tomado los pulmones y, al despertar, todas mis células estuviesen infectadas, carcomidas. Así, sin respirar, muertas.

Si mínimamente te importara un poco, quizás no estaría tan muerta. Tengo millones de dudas, hasta enamorarse parece más simple que esto, y me resulta tanto más difícil darle un giro a esta historia para entender algo. Aunque sea algo. Aunque sea esa mínima parte que te llevó a decidir o a equivocarte.

Y yo que te daba por muerta a vos. Quedate con las cicatrices. Yo morí, y no vuelvo. Porque morí, y de ahí no se vuelve. De ahí no volves. De ahí, volvemos juntas.


OJALA NO SEA TARDE PARA VOLVER A NACER.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Allá, acá

Mirar el horizonte y estallar.
Allá afuera, allá lejos, allá arriba, algún lugar, me están esperando.
Y también a vos.
Y también al viento.
Y están estallando miles de pechos.
Y es tripa este infierno, y es tripa mi cerebro que no para de girar.
Y también vos.
Y también el viento.
Tocar el suelo, el pasto mojado, y revivir.
Acá abajo, acá adentro, acá al lado nuestro, están estallando pechos.
Y también en vos.
Y también en el viento.
Y también yo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Torta vencida y pan con hongos para vos!

En el balance final, ¿quién ganó?
Vos te llevaste todo, tal vez...
Me habré quedado con los bolsillos vacíos, tal vez...
Vos tendrás tus manos llenas, y yo mis manos sucias y lastimadas, sólo eso.
Yo podré deambular por el barrio, acompañada únicamente por mi MP3.
Vos tendrás, quizás, un par de caderas para abrazar.
Y yo tendré toda mi vida para volver a ganar.
Vos tendrás tu vida para tomar coraje y decidir marcar un punto, un final, y recién ahí, volver a pelearla para ganar algo.
Vos podés llevarte mis gracias, yo me llevo un par de felicitaciones.
No se, vos fijate.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Más humo y más te cansás

Y cómo quisieras que esa charla dure lo que tardes en fumarte un cigarro... y que, después, el tiempo que estés fuera de casa sea equivalente a lo que tardes en tomarte diez birras y algo más, y que lo sientas así, efervesentemente efímero y gradualmente absorbente hasta dormir tus ojos en aquella almohada, la que no es tuya...

Que luego amanezcas entre un par de piernas, finas líneas de placer, y te convenzas de que estás haciendo las cosas mejor y bien, mejor y bien... y te prendas otro cigarro, el último de tu atado, mires el cenicero lleno, mires por la ventana como el Sol despoja a la Luna de su oscuridad, mires tu ropa en su suelo, y mires el cuerpo desnudo a tu izquierda, y mires las sábanas que lo cubren, y mires que todo pinta mejor y bien.
Rebalsa tu cenicero y tu boca es pura ceniza también. Y estallan tus ojos rojos, otra noche a puro frenesí.

Se moja tu cara en el lavabo del baño y se mojan tus pestañas en una lágrima somnolienta. ¿No pensás volver a casa a dormir? No hay tiempo, un tic tac te muerde los pies.

martes, 9 de noviembre de 2010

Y con la mirada más profunda...

Días que quisiera estar en off.
Días que quisiera estar en mute.
Días que quisiera cambiar my station.
Días que sería más fácil run away.
Noches que me encantaría dejar this insomnio.
Días que me gustaría not to cry.
Días que quisiera no verte como the fucking victim.
Días que quisiera just verte dormir.
Días que quisiera dormir for ever.
Noches que preferiría verte come back.
Días que it's not me, it's you.
Días y noches que sos mi peor nightmare.
The whole world que encaja entre mis manos cuando mis ojos destellan, there you are.

Lay my head on this rock,
lay my hands next to yours...
Lay my mind somewhere in this little piece of heaven...
Lay my heart on this rock, your heart.
Leave me here, a cliff...
Leave my clothes, and leave my tears,
and leave the memory of wonderful minutes
spent so luxuriously above our endless melody...
and leave my smile, lost in yours.
And lay your deepest look upon my thirsty eyes...
Would you love me back some day?
Will you help me sleep these ghosts?
And leave this broken me for someone else to fix...

And, please, si todo es mentira, at least today, no vuelvas más...
Just don't come back.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Plaf

Si mañana todavía estoy en una pieza, quizás sea porque no me di cuenta que el sol se puso, la luna salió y el sol volvió a salir.
Pero, dado el caso de que mi cerebro amanezca desparramado en el piso del living, mejor sería ir preparando una escoba nueva...

De alguna manera tendré que volver a arrancar.

domingo, 7 de noviembre de 2010

De zombies y galletitas

Cuando lo único que querés hacer es gritar hasta perder la voz, y no podés porque sentís que sería demasiado para vos y para los cristales a tu alrededor, terminás asfixiándote en una almohada, dejando escapar gemidos entre su suavidad hasta quedarte dormido.

Y al despertar estás vos, haciendo malabares con lo que sobra de esa noche y de tus demonios submarinos. Arrancás de frente, caminas revoleando muecas de gracia y esperás que alguna haga efecto boomerang y te parta el cerebro en dos. Aunque salís hecho una fiera, dispuesto a tragarte el mundo y sus miserias, la versión de aquel no es otra más que la que viviste ayer.

Varios zombies te cruzan mientras vas, a donde vas, donde parás, donde donde donde estás, y te quieren morder, hacer de vos uno más del montón... Y vos con la sangre hirviendo y la yugular haciendo una cuenta regresiva, cerrás los ojos con paciencia y seguís caminando sin voltear, sin trastabillar, sin parar un segundo de más para pensar.

Ah, pensabas? Yo creí que sólo sentías, que eras impulso, intuición y fragmentos de ocasos.

Entonces, como te decía, vas, andás como se puede, con las manos llenas de vidrio y un alarido medio dormido, medio exasperado, escondido en la garganta... Y llegás a algún lugar, aunque quizás no sea lo que buscabas. Frenás más de tres segundos y medio y le consultás al imaginario que hay en vos hacia dónde mirar.

Ah, estás pensando. La noche va a volver a caer en vos, mejor sería empezar a moverse, que no se te enfríen los músculos, principalmente los del corazón. No vaya a ser cosa que se duerma algo más que tu mente y quedés colgado de la rama de un árbol sin siquiera notarlo.

Sin embargo, hoy es el día que todo cambia, ya sea porque así lo quisiste o porque así te lo quisieron. Vas a dejarte morder y vas a auto satisfacerte con la idea de que tal vez lo peor sea ese mordisco primero, el que te haga casi desmayarte… pero después ya está, si sos uno más, como ellos, como todos, nada puede ser tan tremendo si sus caritas son como galletitas dulces día tras día.

Vas a arrancarme de vos y sólo puedo insistir con que vuelvas a la cama hasta que decidas sacar aquel grito. Creo haber aprendido que tu camino no es el mío, pero que otros caminos tampoco lo son… el camino está más allá, detrás de la almohada, lejos de ella.



















lunes, 1 de noviembre de 2010

Que no podés verme si no te veo, me ves y me fui

Hoy me puse a contar segundos y ventanas... Todavía no se para qué, supongo que buscaba encontrar algo de paz, de serenidad, que afloje un poco tanto tironeo entre estar bien y estar mal.
Y me puse a contar las hojas de un cuaderno al que le quedan menos de la mitad en blanco. En ocho meses, más de setenta viajes a través de mi mente. Todo ahí, en ese pequeño cuaderno con tapas de corcho.
Miré por una de las tantas ventanas y vi el mundo sin mí, luego al mundo sin ellos y yo ahí en el medio mirando el mundo sin mí. Y nos vi desde arriba, colgando de un cable, vi como yo miraba y a mí nadie me veía a través de los cristales.
Pensé que quizás la culpa era mía, que en mi mente había puesto un par de vidrios espejados en lugar de vidrios transparentes... Quizás por eso no me veían.
¿Y qué hacía allá arriba? Un viaje interrumpido tal vez, donde no llegué a mezclarme con las nubes, quedé a mitad de camino en una idea inoportuna y fugaz. Pero de algo sirvió (aparentemente, cada suceso tiene un propósito).
Resulta que desde allá,
me vi fallando, lastimando.
Me vi siendo torpe, indecisa,
siendo ingenua y dañina por eso.
Me percibí siendo niña, y lamenté no crecer,
y me sorprendió lo madura que fui,
quizás alguna vez que elegí bien.
Me vi sonreír y dormir y estallar,
y volar y pensar y expresarme.
Me entendí como música, canción,
y me desentendí de mi entorno tal cual es.
Me contaminé con miradas y gestos
y entonces contaminé con palabras necias.
Y me vi prenderme fuego una vez,
y me vi feliz entre tanta llama,
y me vi feliz ahogándome entre el humo.
Y dejé de verme.

Ahí entendí porque estaba allá arriba.
Si yo no me veo porque el humo me tapa o me envuelven las llamas, ¿quién va a verme?
Si no me veo, no me entiendo a mí misma como lo que soy, no me pongo un valor como la persona (poca, tal vez) que soy... ¿quién podría verme? Y estando tan ciega, ¿a quién le robaría los ojos para ver el mundo a través de la ventana por la cual creo ver el mundo sin mí? (¿segura que sin vos?)