viernes, 31 de diciembre de 2010

got used by you

Me siento abusada por todo lo que me rodea, por todo lo que me toca. Como si al acercarme, yo perdiera valor y fuese un objeto más, un adorno, algo que puede desecharse y que, en ocasiones, es reutilizable. Siempre es igual.
Lo que es peor, hasta me siento usada por quienes no debería sentirme usada... lo que me deja varias capas bajo tierra, sintiéndome miserable y con ganas de masticar una granada hasta explotar.
El cansancio, el sinsentido de vivir, me dan ganas de desintegrarme.
Romperme como tantas veces imaginé romper un espejo... es lo mejor que podría hacer por mí.

Sólo a veces.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ensalada de frutas

No se si es por estar desganada, o es que algo me está pesando por demás o simplemente el calor me agobió... La cosa es que dormí todo el día. Dormí entrecortadamente, como cuando no respirás bien, como que mi cerebro no estaba respirando bien como para relajarse y dormir, pero tampoco respiraba bien como para mantenerme despierta.
Dormí y no existí. No toqué la computadora, no escuché música. Lo único productivo que hice en el día fue terminar un dibujo viejo. Eso es todo. Y el ahora, que tipeo no se porque motivo, quizás porque estoy aburrida o porque trato de que mis neuronas conecten de alguna manera y así me diga a mí misma que estoy viva, aunque no lo parezca, aunque no lo sienta así.
Para mí, es la época. Tanto Papa Nuel, Mamá nuel, y fuegos artificiales no me caen ni un poco bien.
Es una bomba de recuerdos.
Es una bomba de cosas nuevas.
Es una bomba, una mezcla de todo.... quizás hasta termine vomitando.
Ojalá cambiaras algo... de algo.
Irme a dormir con vos. Irme. No importa donde.
Irme de este algo que más bien es nada, por tanto que nos guste.
(sabemos que puede ser mejor)

lunes, 27 de diciembre de 2010

Ya no sabés ni por que me estas siguiendo. Vestido así, sos un idiota más, y yo sigo bailando. Por más que todo esto suene confuso, se vea confuso, vos y yo no estamos en la misma habitación, ni estamos caminando la misma ruta. Pero me estás siguiendo, a través de los cristales, debajo de los cristales, sobre ellos, entre ellos y dentro de mí.
Insisto, no entendimos nada. Quizás yo entendí una palabra más, o dos, mientras que a vos te faltan párrafos de este cuentito de hadas. Disculpame, corazón, hace rato decidí bajarme de ese bondi y, a pesar de tanto que hayas dicho, vos también seguís ahí arriba.
Basta. No quiero ver más fantasmas.
El sábado no existe más.

viernes, 24 de diciembre de 2010

De los no durmientes

Donde estoy dormida no es mi cama...
Tuvo alas mi locura, tuvo alas el delirio.
Cielos sucios, manchas en la piel.
No se que hay detrás de esta puerta,
que si las ventanas se abrieran,
que volara más que hielo en esta grieta.
No se, tanto que no se, ni que habrá,
pero si no fuese sólo una sombra,
sólo un fragmento de algo indeseable...
Un torbellino donde todo se mezcla,
que la luz no es luz más que en un bolsillo,
que las nubes son el mar en esta esfera,
que mis manos son mis pies que son mis ojos,
que son mi boca, que es mis latidos, que son,
entre tanta niebla, el camino hacia mí,
que son mi lengua inquieta disuelta
en un torbellino de sangre, piel y mi cama...
Que no es mi cama donde duermo,
sino el planeta que inventé anoche,
para tantos secretos sabiamente sumergidos;
para tu desesperación, demente calma;
al cansancio del asfalto y del humo,
a las paredes que te envuelven en flagelo,
habrá un abismo para descansar.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mañana no seré igual

Seré menos y seré más.
Habré dejado un abrazo, y habré ganado otro. Habré perdido plata, gastado billetes en tanta música, tanta cerveza... y habré sonreído y sentido (¿qué más puedo pedir?).
Seré menos... menos de lo que era cuando me levanté, que quizás no tenga sueño, que quizás ya tenga hambre, que quizás ayer haya dejado una idea en un papel, otro más que guardo en un cajón.
Seré más... más de lo que era cuando me acosté, que quizás hayan pasado más horas, un día más de respirar, que quizás la idea que dejé en un papel es un tesoro más, otro más que guardo en un cajón.
Habré, como tantas cosas han de ser y no ser, dado cuanto recibo, ganado cuanto pierdo, gozado tanto como merezco, cambiado tanto como yo le cambié al mundo mismo. 




martes, 21 de diciembre de 2010

A veces, nos cuesta

A veces me quiero enamorar, hoy es a veces. Y a veces cuesta, y quiero olvidarme.
Pero es que no entiendo porque el mundo gira y cambia tanto, cambiando vos, yo y los latidos. Como pierde tanto sentido agarrarte la mano o soltarla, adentro de un corazón contradictorio que, contra las cuerdas, entiende menos, mucho menos.
Podrás decir tantas cosas, y podré decirlas yo, que tan poco importa, si al final seguimos teniendo miedo. Vos por hablar, yo por callar. Vos por no estar, yo por quedarme de más.
Y a veces quiero que realmente no importe la diferencia, ni lo complejo, ni lo más simple, y que menos me importe el frío. No puedo evitar temblar, ni puedo evitar el cristal.
Hoy parece imposible. Imposible el viaje, llegar a destino.  Imposible estar con vos, imposible que me quieras tanto. Imposible enamorarme, a pesar de hoy querer.
Imposible ser posible, ser real.
Imposible que el cigarrillo que tengo en la mano no se consuma mientras me escuchás hablar sin parar, que la cerveza que tenes en la mano no se caliente mientras te miro.
Yo ya no creo en el destino, ni en las notas de tu pentagrama, ni en tantas canciones que uso para quemarme la cabeza. Aprendí, creo estar sobria en esto, que todo esto es obra nuestra. Mis huellas las hice yo, y las seguiré haciendo hasta que se gasten mis pies.
Supongo que vos también. Aunque a veces, cuesta.
Pero el corazón... independiente como el solo, caprichoso como el solo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Flipante

Un vaso con Pepsi. Dos gotas de Pepsi.
Tinta en las manos, para no perder la costumbre.
Y tengo ganas de vomitar, para no perder la costumbre.
Mi cartuchera llena de lápices sigue sobre la mesa. La puse ahí el lunes. Ahí quedó, sin tocar.
La impresora no tiene tinta. Otra vez. Y no fui yo la que la gastó, no esta vez.
Pies sucios y ella que se enoja.
No dejo de mirar por la ventana. Nada se mueve afuera, salvo el árbol del vecino, salvo sus hojas y la luz que se refleja en ellas. Salvo eso, no se mueve ni me importa nada de la ventana hacia afuera.
Hay frases que retumban en mi cabeza. Se repiten a sí mismas haciendo eco y taladrándome sugestivamente.
"Si queda sola, se siente sola. Si acompañada está, busca la libertad".
Y de las tres aplicaciones que hay abiertas, hay una que reza un nombre inombrable a esta altura del partido. Y más frases.
El vaso sigue con las mismas dos gotas de Pepsi. La cartuchera sigue sobre la mesa.
Cuatro CDs apilados, y leo "Inéditos"-"Vivos".
Estoy inédita. Estoy viva. ¿El uno, el otro, ninguno o los dos?
De a ratos, pierdo la vista en el patio y el silencio. La pared blanca brilla. Si vuelvo la mirada acá, no veo. Se pierde la costumbre.
Y creo que ese, si bien es un tema redundante, bien es un tema inevitable porque no somos estáticos. Porque estamos vivos y a-tiempo.
Y creo que este, no es un tema apetecible para un miércoles como este miércoles que es hoy, casi adentro del té... porque, si bien tengo ganas de vomitar, tengo ganas de comerme el mundo de una vez.
Alguien llamó y no atendí.
Si quiero, mi espalda puede sonar varias veces. Pero no. Prefiero el petirrojo en el patio.
El vaso sigue vacío y tengo sed. Y tengo los pies sucios y fríos como para arrastrarlos hasta la heladera.
Otra frase que me tumba, y a ella le quedan 2214 días.
"Stand by me" y que nunca llegué a acostumbrarme.
El vaso sigue, la mesa, los lápices y la tinta, el brillo del Sol en tantos rincones y en tanta mente. Y el Sol de mi vida que me mantiene viva para seguir siempre única y para seguir con estas líneas y las líneas de mis manos.
Tengo sueño, para no perder la costumbre.
Pero no duermo, para no perder la costumbre.

Porque a tantas cosas me pude haber acostumbrado, que desacostumbrarme haría que esto no fuese un sentido inédito adentro de mi vaso vacío, debajo de mis pies sucios.


Si
querés
vos
podés
salir
a
vaguear
conmigo






Yo puedo colgarme a respirar, y puedo volar dentro del mar,
y puedo cantar después de ensordecer y que mis ojos enloquezcan,
y puedo dejar de comprender porque cambié la mano que me mima,
sólo comprender que me mima.
(que si que sos vos)


sábado, 4 de diciembre de 2010

Días como días que no se olvidan

...
Porque existe un amanecer perfecto y un atardecer aletargado que se afirma en pleno cielo, en pleno vuelo, rayando el suelo y el mar.
Estamos como somos, los que somos como estamos, viendo esa reja no nos vemos los codos, ni los pies. Somos narices, somos lo que vemos en el reflejo de este lago, completamente manso pero esperando que emerja una nueva ola de él, como en nuestro centro.
Estamos esperando, como esperan tantos hoy, esperando una espera más, cansados de esperar y esperando no cansarnos tan temprano porque sabemos que la espera vale para conseguir cualquier cosa tan esperada que por algo quizás es esperable. ¿Y si tanto estamos equivocados al esperar?
Pero no, hay días que no, que no existe duda en este imperio que nos vaya a derrocar. Días sin noche, eternamente iluminados, eternamente Sol, eternamente cielo abierto y mediasombra guardada en un viejo armario gris. Y eternamente el corazón sobre la mesa para vos y para nuestro maquiavélico dios. Porque somos eso que dejamos ahí en ese pedazo de madera astillado y resquebrajado, y somos eso resquebrajado que entregamos para que alguien menos efímero lo eleve desde el agua hasta una de las tantas torres que alguien construyó a nuestro alrededor para bloquearnos, encerrarnos en caso de despertarnos...
Pero ahora somos noche, y del día no nos olvidamos, de esos días que somos día y no olvidamos de donde venimos y porque somos lo que somos, pero somos noche ahora, inevitablemente oscurecemos y tenemos que entregar este hueco en el pecho para que lo llenen de basura...
Nos vemos el próximo Sol.
...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Shut up!

que se callen, que se callen, que se callen... que por un día, se callen y no sigan abriendo la herida (de vez en cuando, arde).
y que no piensen, ni que piense yo.
que se apague todo por un rato. o como dije, que exista un botón de pausa o algo semejante porque un día no puede sentirse de tantas maneras! (imaginate un mes, imaginate mi año!)
y que se callen, porque hablán de más, preguntan de más, boquean de más.
y que se callen, porque más de una vez no tienen razón y porque más de una vez le pifian fiero.
que se callen, porque me duele la cabeza.
que se callen, quiero dormir.