miércoles, 29 de febrero de 2012

Uno

En la fuerza, de tu fuerza, está la fuerza que encontraba.
El silencio es un silencio sólo si el corazón deja de latir.
Fuerza es empujar contra lo que nos empuja con fuerza.
Gritar, hablar, contarte, es no decir nada con mi voz...

Mis ojos a través del vidrio,
mi cuerpo del otro lado del cristal,
un espectro mirando desde un punto distante,
y algo más fuerte queriéndolo tapar.

Aprender a hablar,
unificar,
un yo,
con el yo,
todo lo demás,
y a vos.

viernes, 3 de febrero de 2012

Y una vez me caí

  Soy el botón que se cayó debajo de la heladera. Ese que se pierde y se busca, sin ser encontrado, hasta que se dan cuenta que puede ser reemplazado por un botón similar.
  Porque los botones son insignificantes. Porque simplemente son un pequeño detalle que hace a un enorme todo, en un todo infinitamente más grande.
  ¿Qué es un botón entre un montón de botones? Sólo un botón. Uno más, entre muchos, de muchos parecidos a muchos.
  Porque los botones nos caemos donde no se les ocurre que podemos caer. Y ahí nos quedamos, por mucho tiempo, quizás junto a otros botones que alguna vez también se cayeron y nadie los encontró, y ese nadie los reemplazó por otro botón, mejor o peor.
  ¿Qué es un botón debajo de una heladera? ¿Quién lo piensa?
  Hasta que un día vuelven a encontrarnos y algo pasa. El reemplazado botón ya no tiene lugar; se vuelve innecesario y se pierde entre muchas cosas más que ya no hacen falta (adiós, botón!). Se olvidan de nosotros que caimos debajo de la heladera un día, y se olvidan todo el tiempo que estuvimos ahí abajo olvidados.
  Pero algunos botones tenemos más suerte. Alguien recuerda el lugar que ocupábamos antes de caer debajo de la heladera y ese alguien nos devuelve a nuestro lugar, al que pertenecemos, sin dejar que seamos olvidados como muchos otros botones. ¡Bien por nosotros!