domingo, 29 de mayo de 2011

Arco iris en tu puerta

Básicamente, el sol se cayó. De alguna forma, me lo perdí (como tantas cosas pierdo).

Otra vez que me quedé dormida, que las sombras me alcanzaron. Supongo que, a pesar de la noche, encontré luz en algún lado, simbólicamente, dentro de mi mente, en el inconciente. Podría decirse que estaba soñando, y que eso se sentía bien. Pero, ¿de qué clase de sueño se trataba? Del que nunca alcanzo, del que creo que alcanzaré algún día, del imposible, lógicamente. O, se trataba, casi como una ilusión, de los reales, los que voy cumpliendo en cuotas.

Sonriendo, desperté y busqué sus sobras, lo poco que me quedaba del sol. En el límite del mundo, donde el día se roza con la noche en una forma íntima e imperceptible, el lugar donde es prácticamente imposible determinar donde acaba ese eterno affair ni donde vuelve a empezar, miré a través de los kilómetros y sí, encontré lo que había dejado para mí. El eterno degradé de sus matices, evidencia perceptible de la tarde extinguiéndose. Y mis ojos despertándose ahí, para verlo, para no soñarlo, sino vivirlo.

Entonces el sol se cayó, mientras se levantaba del otro lado, y mientras yo me levantaba para sentirlo a través de mi retina. Finalmente siento que a ese lugar estoy llegando, y pasar, y transformar el sueño en una realidad adyacente a vos, acá donde todo se mezcla y se vuelve una ola de color.

viernes, 27 de mayo de 2011

Micro uno veintitrés

Tal vez quise ser más, tal vez menos. Tal vez no quise ser nada, y quise serlo todo. La que no sonreía y la que no paraba de sonreír. Y soy lo que queda en el medio, de respetar que mis facciones permanezcan inmóviles y dejarlas fluír cuando sienten la necesidad, desde la profundidad, de cambiar.
Sería un punto medio, alternando el bien y el mal y toda posibilidad de ser distinta y ser igual.
Hoy me disfrazo de conejito playboy y me encierro un placard para que nadie me vea. Mañana prometo hacer lo que debo hacer, dejando la sensación de libertad durmiendo bajo mi cama.
Cambia una parte, o cambia el todo, o cambia el hecho de que no me siento igual y me siento la misma sólo cuando cierro los ojos, pero en realidad cuando voy caminando por la calle nadie me mira como yo creo que lo hacen.

Pero, ¿para qué? Matar el aburrimiento, evitar caer en la rutina y en lo riguroso del perfecto diez o el medial cinco. Riguroso, perfecto, riguroso, perfecto, riguroso, perfecto.
Volátil. Imperfecto. Aire (y me cago en la redundancia de mis palabras con el paso de los días o los años).
Quiero ser lo que no soy para ser algo nuevo, diferente. Quiero tener la capacidad de sorprender, pero siento que no la tengo, porque me vuelvo predecible, perfectamente predecible.

Pom, pom pom pom, pom! Y marco un, dos, tres.
En una de esas, capaz eso es el equilibrio no rutinario entre lo que se vuelve predecible, porque los rutinarios siempre eligen el cero, siendo siempre predecibles, pero los rutinarios saben sorprender cuando no se trata de matemáticas. Bravo!

martes, 3 de mayo de 2011

Gran

De tu departamento que siempre estaba más cálido que mi casa en invierno, más fresco que mi casa en verano
De como me besabas la planta de los pies cuando me quedaba dormida en tu sillón
De como, cada 29, preparábamos ñoquis caseros
De tu cocina super compacta, repleta de comida para los gustos de todos
De las veces que te hice llorar y llorar... por amor
De como me besabas la frente porque si, cuando pasabas cerca mío
De todas las veces que te asustaste y luego reíste en el teléfono cuando te hacía jodas del banco, Susana y Sofovich
De todos los lugares a los que me llevaste en respuesta a algún capricho mío
De como te despeinaba y te peinaba y te despeinaba y no te quejabas nunca
De como nunca te faltó el lapiz labial antes de salir o de ver a alguien
De las mil veces que me preparaste y me llevaste el desayuno a la cama, sea mate o submarino
De tus comentarios guarangos y desubicados en momentos poco o muy oportunos
De como me agarrabas fuerte el brazo cuando caminábamos por la calle y veías algo que te llamaba negativamente la atención
De como tu puerta siempre estaba abierta para cuando yo tenía miedo de quedarme sola
De como siempre tenías el regalo justo, haciendo quedar mal a todos los demás (la discografía de Los Redondos es uno de mis mayores tesoros)
De como siempre diste hasta lo que no tenías por mí y por mis hermanos
De las peleas que tenías con mamá y de como me venías a pedir que interceda
De todas las pequeñas boludeces que yo decía pero que vos siempre te acordabas
De la carta que te escribí y me agradeciste por años
De como, todos los miércoles, me dejabas meter juguetes en la bañera sin que mamá se entere
De como adorabas a tu yernito... jamás estuvimos más de acuerdo en algo
De los días que simplemente te sentaste al lado mío mientras yo estudiaba porque no sabía estudiar sola
De como siempre me preguntabas si andaba con alguien y si me gustaba alguien y esas cosas que yo siempre contestaba con: "los hombres son una mierda"
De como me viste feliz contradiciéndome a lo que tantas veces repetí y te pusiste contenta
Del orgullo que siempre había en tus ojos al verme crecer y ser mejor año tras año
De la admiración que siempre te tuve, copiando tus delantales, tu lapiz labial, tus alhajas, tu destreza en la cocina
De la forma en que escuchabas mis silencios y respetabas mis verborragias
De como siempre le preguntaba a mamá cuando venías, aunque hubieses venido ayer
De la Gran Mujer que fuiste, sos y serás siempre
De todas las veces que me repetiste lo mucho que me amabas, haciendo que se me llenen los ojos de lágrimas


No me olvido ni me voy a olvidar nunca.

domingo, 1 de mayo de 2011

Para pertenecer

Porque queda flotando en el aire algo más que ácaros, y es algo que sólo tus ojos y los míos perciben. Que va más allá del haz de luz que entra por la ventana superior de mi habitación, que se que, recostada en mi cama, se ve mejor este mundo. 

Puedo ver más con los ojos cerrados, dentro tuyo. Porque se que puedo meterme en tu cuerpo y navegar tu corazón, y navegar sin detenerme, sólo navegar y aprender lo nuevo, lo mágico, la incógnita a descubrir en este mundo.

Huellas que se borran, caminos desandados y para andar. Andarlos, cuando dos manos chocan. Existe ahí lo que no todos pueden ver y emerge del alma el fuego propio de cada ser. Que podés quemarme. Porque quiero, porque ese es el calor de este mundo.

Donde, por fin, todo encaja. Del rompecabezas de tu vida faltan las piezas, sólo, de los días por vivir. No existe un veraz. No existe un hipoteca de amor. No existe la deuda (- e). Y el hogar en el que tus dedos viajen sin fronteras, que tus pies no sientan frío, que tu boca duerma entreabierta a la simple espera de un beso...

Acá me quedo, en lo invisible de este mundo... Pero este suelo que es tuyo, estos ojos que ahora son tuyos, esta voz que sólo sabe callar para vos, cantar para vos, en este mundo que creé y creamos, de los dos.


(where I love you)