No puede dejar de llover...

Que muera lo que muera, vos estás conmigo en este día, en este momento, en este siempre.

Y a veces llueve, y a veces sos más real... y a veces sale el sol y es como si te alejaras un par de kilómetros... pero igual estás. Siempre estás. Conmigo, con mis manos, con mi voz cuando grito tu nombre en el viento, a la nada, al vacío que hay abajo de mis pies cuando se me ocurre dar un paseo en la cornisa (esa que vos conocés tan bien!).

Y que muera lo que tenga que morir, no puede cambiarme nada de lo que se que tengo hoy... Es imposible matarnos...

Sonría, lo estamos recordando!

Una memoria fotográfica basada en sonrisas.

(claro, sencillo: si no me sonreís, tu carita no queda en mi archivo permanente).

Todo, todo, todo lo recuerdo a través de sonrisas: momentos felices y no tantos, comienzos, finales, fracasos, gente nueva, gente que se va, gente que miente, que sabe, que siente... días infinitos, noches de puro frenesí, gente que te cree, gente que te ignora con un click, saludo y chau!...

Pero para que recuerde, tenés que sonreír.

Y me guardo bajo llave la mejor sonrisa, la que mostraste cuando te dije que todo iba a estar bien (como un memo para los días en que quisiera bajar los brazos). Y tu mirada que decía que querías creer que así iba a ser.

Ya ves, por primera vez siento que después de tanto que estamos cayendo, vamos a volar hasta tocar el cielo... Alguien nos lo debe.
Por eso, no dejes de sonreírme... así sabré siempre que ayer estuviste conmigo.

En mi tupper vive un pez, un tractor y vuelo yo

Comer con la boca abierta porque es más divertido romper con las normas de protocolo que andar gastando sinápsis en pensar como dejaste tu tenedor, tu servilleta y por que comisura se está escapando un pedazo de espinaca. Vivir comiéndome porque matarme sería mucho trabajo. Y dormir escuchando música porque los disparos de fondo me generan pesadillas (como que mis dientes crecen torcidos).

Y resulta que tomar café es algo contagioso... ¿Me dejan innovar en enfermedades?

Bueno, la cuestión es así: veo algo que no me gusta, que siempre odié, que no puedo tener... y se lo arrebato a quien más lo disfruta. Simple. Ladrones exquisitos que no aprendimos a degustar: solo tragamos para luego vomitar urgentemente.

[ La lógica y la coherencia las llevo en el bolsillo sólo para ser usadas en ocasiones en que lo considere necesario... ]

El teatro del amor en frío

Me enamoré de mi misma cuando estoy con vos. El disfraz que aprendí a vestir, la biografía que me inventé, las metas que querría cumplir, la careta en la que me escondí, las palabras con las que mentí... Por primera vez, amé un futuro, un par de sueños.

Un yo desvirtuado, un yo esquizofrénico, un yo pervertido, altanero, creído. Un yo original. Me enamoré de un yo reflejado en vos, vanidoso, cínico y auto destructivo.


Y al no estar vos... ¿A quién voy a amar?
(¿tengo que amar?)

30 segundos de felicidad instantánea

Así de simple... del lugar más oscuro del mundo te transportás a una habitación blanca, llena de luz, embriagada de tanto sol brillante.

Milésimas de segundos que separan el bien del mal.

Y no dura nada. Dejás que te inunde el alma... pero no dura nada. Sabés, lo tenés bien en claro, que son solo unos segundos más que te vas a ver beneficiado por esa satisfacción casi efímera (algo siempre te queda grabado en algún recoveco de tu ser).

Mañana... El problema es mañana. Te levantás y desconocés tu porvenir. Miedo constante en vos... Tranquilamente todo puede desbordarse otra vez, desbordarte vos, la copa de los problemas y la copa de la amargura. Y ahí es como si se cerraran puertas y ventanas, volviendo otra vez a ese rincón aislado del planeta donde no percibís nada más que lo que te está comiendo la risa explosiva que todos saben existe en vos. 

El primer capítulo de Lost

ME ENCANTARÍA QUE ESTUVIERAS DORMIDA ♫

Por eso no entiendo, no voy ni vengo,

 no entro en razones, no hablo ni callo.

Hago todo a medias, todo mal...

No río, no lloro. No sé... me bloqueé.

Afortunadamente no genero cicatrices (ni eso!).

Sólo una cosa... Sólo ella que me mantiene viva, todavía andando.

Pero, tan mía, ¿es suficiente?

Y ahora soy más cobarde que nunca porque el miedo que me invadió no me deja tranquila un segundo y no puedo, no quiero, no se como enfrentarlo (esta vez soy la que está temblando abajo de la mesa empujándome a saltar).

I am very very happy so come and hurt me ♪

Una de las tantas cosas sin sentido que puedo llegar a decir, pero que si al menos una persona entendiera tendría en sus manos la llave para salvarme de todo mal... (siempre tan retorcida tengo que ser?).

Si dependo de vos...

Por favor, volvé. Volvé a mí. No me importa más nada, tengo todo perdido. Absolutamente todo. No tengo ni un gramo de esperanza para este mundo, se fue... lo poco que quedaba se lo llevó alguien que, a diferencia de mí, sí quiso hacer daño. Entonces, no me importa nada, no espero más nada.

Salvo a vos.

Sí.

Te espero a vos. Volvé.

Hacé lo que quieras conmigo, soy tuya. Usame si queres, matame. Da igual. Mi cuerpo, mi mente, mi voz. Todo, todo tiene tu nombre porque vos sos mi dueño ahora. El único. Voy a decirte lo que quieras, hacer lo que pidas. ¿Querés que cambie? Yo cambio. ¿Querés que crezca? Yo crezco. Pero volvé... por favor.

No te lo repito más. O volvés, o me muero (me mato). Estoy dejando de respirar, no tengo sueños, no tengo motivaciones. Mis lazos se derriten, se deshacen en mis manos; se me escapa todo: el tiempo, las ganas, el ritmo... se me escapa el color de mi piel.

O volvés, o dejo de existir (si es que todavía queda algo de mí)...

...se que si abro un poquito los ojos, todavía tengo historias por contar, pero no tengo la fuerza, se apagó mi motor y no tengo ánimos para remar, para luchar, para insistir... (te pido que vuelvas para que me ayudes a salir)...

La felicidad se ha ido!

Si bien vos lo dijiste como un chiste, quizás, y yo te contesté, firme, que era más miedo que ganas... sinceramente, yo no tengo miedo y las ganas me sobran. Hace mucho es así... y si llegué hasta acá, fue por vos.

¿Y ahora?
Quiero gritar.
En el bondi, en el laburo, en la calle... hasta bajo el sol.
¿Y cómo lo saco? ¿Y vos cómo haces?
Querés mejor, querés... yo creo que vas peor... Y encima, me silenciás. ME SILENCIÁS!
Yo quiero contigo, sólo contigo. Que todo el mundo se apague, se prenda fuego, se extinga todo todo lo que respira... menos vos.

Si algo aprendí este tiempo fue a no bajar los brazos y ser valiente.

Aunque no quieras verme más, cada mañana voy a estar.

Desordenada - mente

¿Y qué si las cosas cambian?
¿Y si ya no sos igual?
¿Fue mi culpa? ¿Tuya?

¿De quién? ¿Hacia dónde tengo que apuntar mi dedo?
¿Fue algo que dije? ¿Algo que no?
¿Fue algo que no supiste cómo soltar?

Y si repercute... hacia el lado descolorido... ¿Voy a llorar o seré más feliz?

Y si todo cambia hasta tocar el arcoiris... si las astillas se vuelven semillas y a una sensación de insomnio la invaden los púrpuras, los verdes y los turquesas... ¿Seré Luna o Sol? (me está cansando ser Luna).

Me hablaron del equilibrio. Les contesté que se me hace monónoto. A mi me gusta viajar de un polo a otro, de norte a sur, de Plutón al Sol...
Si las cosas cambian, ¿Me obligarán a equilibrarme?
(yes, I'm scared to death)

Tu nube

Y si me quedo dormida al ras del sol,

No me despiertes.

Es quizás ese flash el único momento,

Tal vez incompatible conmigo,

En el que puedo naufragar.

Que si me pierdo en la vigilia,

No sabría llegar.

Flotas dentro de aquella nube,

Que no llega a hacerse agua,

Pero moja nuestro espacio si me toca.

Y es quizás este el silencio, el rato,

Donde cesa el huracán.

Porque rozo ese témpano de hielo,

Lo transformo en mi refugio

Y te vuelvo conformar.

Suprimiendo, resurgiendo, y caminar,

Otra vez nos vas.

Donde se cierra una puerta,

Se abre un abismo demencial

Y me caigo, en un ciclo más.

Mañana va a ser un gran día te lo digo yo ♪

- Estoy asustada.

- ¿Por qué?

- No no... Estoy ansiosa.

- Pero, ¿por qué?

- Miento... estoy nerviosa. ¿Y si meto la pata?

- Siempre sabés salir a flote. ¿Qué te pasa?

- Estoy feliz. Se que me anda brillando la mirada... otra vez.

- ¿Es lo que yo pienso?

- Supongo que sí. ¿Y si no puedo ser valiente?

- Llegaste hasta acá, por mucho tiempo que te llevó, llegaste. ¿Te vas a echar hacia atrás?

- No no, si algo dejé atrás es la cobardía.

- Entonces, ¿Por qué el miedo?

- Porque valiente es aquel que tiene miedos y los enfrenta. Fácil sería enfrentar fantasmas sin temer, fácil.

- Me imagino por que la ansiedad... esperaste mucho por esto.

- Tanto que creo haber perdido la cuenta de los días que no dormí por pensarlo.

- Nervios... nervios... Take it easy! Aprendiste a perder, no?

- Sí, eso creo. ¿Esta es la prueba de fuego? Sí, supongo que si.

- Y lo otro... mejor no preguntar. Todos sabemos lo que esto significa para vos.

- No puedo evitarlo. Pensé que no iba a llegar nunca este momento.

- Te deseo suerte entonces, te parece?

- Gracias. Sos muy amable, y fiel.

- De nada. Espero que después vuelvas y me cuentes. Remember, relax!

Tantas cosas soplan en el viento.
Vienen y van, se quedan, perduran.
Se pierden, te cambian. Te rompen un poquito en pedazos y te vuelven a armar.
Cosas que mojan, te elevan. Cosas que caen con furia, que se transparentan y a vos.
Tanto sopla este viento...

Da igual. Tengo pies.

Algo vamos a encontrar.

(si te pido que me des la mano y me acompañes, es mucho?)

Difícil pero no imposible

Hay quienes dicen que no existís, y quienes tienen una gota de esperanza por encontrarte. Algunos tuvieron suerte y te encontraron casualmente, sin quererlo, y así tocaron el cielo con las manos. Otros, te vieron pasar de lejos y no llegaron a rozarte, pero al menos saben que sos real. Y estamos los que tuvimos todas las de ganar y, sin embargo, el destino nos puso un par de palos que no supimos saltar.

Parece algo muy simple, y no lo es. Es decir, tanta gente anda por ahí buscándote, cree encontrarte y se la pega fuerte contra la pared. Después te cuentan su historia y se asemeja más a una película cómica o de terror que a una de estas de las que te hablo yo.

Empieza a desvirtuarse todo, porque los que no te creen, te desmienten y te tiran a la basura así de utópico como sos. Y el que te vio llegar sin hacer ni una mueca optimista, te desmiente también porque prefiere hacerse el desentendido de la situación. Y sí, así es más fácil... pero menos interesante.

Algo hay que esperar, algo tenemos que salir a buscar todos los días, todas las noches. Y si te tuve y te perdí, bueno, aprenderé a saltar los palos hasta alcanzarte otra vez porque, afortunadamente, por vos toqué el cielo y no una, sino mil veces. Eso sí es todo un desafío (como te gusta hacerte el difícil!).

Sigo en juego. No me doy por vencida así nomás.

Una de cal, sobredosis de arena!

Ni todo blanco, ni todo negro... ni todo puro, ni una multitud de desgarbados que han hecho y deshecho infringiendo leyes, límites y una moral indiscutible (si?).

Ni sol, ni luna, ni confesiones entre las nubes.

No me vengas a hablar de cincuenta y cincuenta, ni de las dos caras de una moneda.

Decime, si, que el ying y el yang de vez en cuando es más ying que yang.. y que cada tanto (dejando en claro que no siempre), la sombra se enfiesta con lujo y goce a la luz.

Por favor, hablemos en serio y asumamos la realidad tal cual es: cada tanto las mariposas se extinguen y nos sobra polen, color, rosas y una canción de amor.

El equilibrio existe... utópicamente. Son fases, la etapa clara y la etapa oscura que vive una planta en 24 horas, que vivo yo por ser un vegetal más! Y bien sabemos que el día no reparte equitativamente la seguridad del sol. Es invierno y son más las horas que duermo que las que gasto mis pies viajando entre los rayos cálidos de aquel astro marginal.

No me mientas más, aceptemos que es más lo que se tropieza que lo que uno puede subir escalando peldaños. Cuando la buena comienza a gatear, la mala pegó el estirón!

(Yo tengo memos en la piel para no olvidar desde donde vengo subiendo).

Hoy sumé menos diez en mi haber, sabés? Ayer sumé dos (positivo, sí!). Pero no se compensa. Ni llego al cero, ni lo supero.. Siempre en banca rota, perdiendo hasta el polvo que queda en mis bolsillos. Y cada día que pasa, se me va más la sonrisa, única capaz de detener el caudal de lágrimas almacenado en los lugares más impredecibles de mi cuerpo.

Pesimista ciento por ciento, me voy a dormir con un volcán en el pecho... (si es que alguna vez desperté).