lunes, 12 de marzo de 2012

intransferible

la desesperación por el desconocimiento de la realidad paralela que no podemos ver, porque no nos dejan traspasar las barreras invisibles...
porque no se pueden traspasar.
se pueden compartir, a modo de fracción,
a modo de una idea.
pero no se puede entrar o salir.
ni de uno ni hacia el otro.
ni importaría cuanto se presione, la paralelitud es lo que hace que sea tan encantador
tan bella y única la existencia de esa línea ramificada que asociamos con pensar
y tan escaso, paupérrimo y degradante, cualquier medio para dar pedazos, regalarlos de alguna forma.

todos queremos saber, y todos podemos intentar,
pero no.

viernes, 9 de marzo de 2012

la clave

Me miré mientras sostenía la llave en mi mano. Miré la puerta y su cerradura. Miré el hueco en el que la llave de mi mano encajaba perfectamente.
Pensé en el mundo detrás mío. Dentro de mis ojos, miré mis pensamientos enmarañados y los miles de recuerdos que se arremolinaban en torno a ellos. Pensé en el mundo y medí mis actos.
Pensé en el mundo detrás de la puerta. El que me esperaba. Pensé, quizás, espiar por la rendija de la cerradura y adelantarme a los hechos, evitar así la sorpresa (el miedo). Pensé en el mundo y medí mis actos.
La elección. Una decisión. Tengo, siempre, tal vez,  la oportunidad de conocer lo que hay detrás de la puerta sin abrirla, abarcar una mínima fracción del "qué pasa sí..?". Y tengo, también, la tranquilidad de que esa puerta no se abre así como así, sin que alguien gire la llave dentro de la cerradura hasta que haga clic.

Donde no tengo los pies, elijo no pisar.