miércoles, 26 de enero de 2011

Arena en mis pantalones.

Estás esperando esa estrella fugaz que cruce el cielo. Las demás, las comunes, parpadean. Son luces intermitentes, como focos en la ruta que juegan a las escondidas entre los árboles, pero más lejos. Mucho más lejos.
En una de esas, vuelta que va, vuelta que viene, yo estaba ahí. Entre el brillo, su danza magnética y excesos sobre excesos de los sin sabores del malestar, yo estaba ahí.

Y ahora estoy acá, llenando mi habitación con minúsculos granos de arena, deseando volver a casa. ¿A cuál? Capaz, donde no haya arena.
Y sacudir mi mochila.
Y sacudir mis topper.
Y sacudir mis pantalones de jean viejos.
Sacudir el culo para ver quien llega primero a tocar las estrellas. Que seguro algún vivo hay. Despojarme de tanta molestia. Que seguro la arena molesta.
Y sacudir mis ojos, que rojos del sueño, se ven tentados a transpirar cuando cese la brisa.


Mañana voy a limpiar el desorden.

(segunda estación)

No hay comentarios: