En una de esas, vuelta que va, vuelta que viene, yo estaba ahí. Entre el brillo, su danza magnética y excesos sobre excesos de los sin sabores del malestar, yo estaba ahí.
Y ahora estoy acá, llenando mi habitación con minúsculos granos de arena, deseando volver a casa. ¿A cuál? Capaz, donde no haya arena.
Y sacudir mi mochila.
Y sacudir mis topper.
Y sacudir mis pantalones de jean viejos.
Sacudir el culo para ver quien llega primero a tocar las estrellas. Que seguro algún vivo hay. Despojarme de tanta molestia. Que seguro la arena molesta.
Y sacudir mis ojos, que rojos del sueño, se ven tentados a transpirar cuando cese la brisa.
Mañana voy a limpiar el desorden.
(segunda estación)
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