Otro jueves feliz, en el cual amanezco con una deslumbrante sonrisa. Me despierta mi vieja, café con leche de por medio y un sol que entra por la ventana con mucho, mucho estilo, algo así como flotando y dándole a la habitación un toque natural, como si no fuese habitación, más bien un espacio al aire libre.
Hago todo lo que tengo que hacer -ordenar, limpiar, etc- y la sonrisa se ensancha más y más y más. En el medio, recibo algún que otro mensaje de texto, de esos que transforman la sonrisa en una leve carcajada y me endulzan el espíritu por un rato. Por supuesto, no falta la banda que suena desde el estéreo, una voz hace años familiar que me acompaña fielmente y que seguramente perturba a los vecinos pero que a mí me convierte en una persona dinámica, casi hiperactiva.
Medio día, pleno sol sobre el jardín -algunas cosas se ven más verdes que antes- y la cocina repleta de cosas: es la hora de comer. Gente que va, viene, entran y salen, se mueven, hacen ruido. Energía que se transmite, que jamás se pierde, se regenera en el aire y vuelve a alimentarme, alimentarnos.
Pasadas las tres de la tarde, me siento acá y hablo con vos. Me entretengo un largo rato con alguna cuestión tecnológica (vaya a saber uno qué carajo estoy haciendo) para luego darle paso al mejor momento de la tarde: los mates más tradicionales que por alguna convención social son el lazo más fuerte entre ellas y yo, entre mi pasado -presente aún- y lo que soy hoy.
Y los mates se terminan, una pava se fue para darle paso a otra. Con alguna canción de fondo -maldito rock que se adhiere a mis sentidos- espero que suene el timbre, que caiga ese alma amiga que, entre risas, delirios, cuelgues, silencios y algunas otras cosas, me permite abrirme, soltarme, entregarme plenamente a una charla que limpia las asperezas del día a día y me deja brillante para la noche que se viene.
Una Luna me saluda, me pregunta como estoy y me invita a seguir vibrando este día, ciertamente maravilloso, que más parece un sábado por lo pacífico. Una cena (familia unida está todo bien) y otro jueves que pasa dejando un sabor dulce -salado, si tengo que elegir yo para que sea, si es posible, más perfecto. La cama nos espera, la calma nos abriga.
Buenas noches para vos... Hoy es un jueves feliz.
1 comentario:
Interesante , Vives la vida muy bien tu mensaje es muy bueno me ayudo a rejalarme un momento aunque no me creas.
Saludos.
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