Me hacía falta, mucha. Necesitaba ese cable a tierra que solo esas personas saben darme... Es sorprendente como un par de chistes desatan un mar de carcajadas y euforia; como un par de pizzas, unas birras y una noche común (para más de uno solo fue una más, pero no para nosotros) se transforman en otro motivo para no perder la risa, la alegría, la magia que nos caracteriza.
Somos aquellos que poco tenemos, así nos alcanza... incluso nos sobra, porque aprendimos a dar el corazón a cambio de una mirada, una palabra, algún gesto tonto. Aprendimos a dejar el alma en la cancha por aquellas cosas que realmente valen la pena y aprendimos a no bajar los brazos aunque estemos contra las cuerdas.
Si querés reír, nosotros te hacemos cosquillas. Sentí corazón, sentilo... Pintalo de rosa, pintalo conmigo; SI ESTÁ UN POCO ROTO, COSELO CON HILO! ♪
Es bueno tener gente así en la vida, esos hermanos del alma, personas que no nos dan la espalda y que la pelean a la par nuestra. Algunos perdidos que entienden de batallas, de victorias y derrotas, de risas y lágrimas (simultáneas a veces), de quilombo y armonía... pero que aún así saben que en este viaje no estamos solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario