Donde podés tocarme,
donde podés mirarme,
existe un espacio donde nos volvemos reales.
Cuando podés respirarme,
cuando podés reírme,
existe un tiempo en el que somos posibles.
Y ahora, y hoy, y acá,
recorriéndonos,
existe una ruta para tus dedos.
Y después, en la luna,
después, en la tierra,
después, entre tus manos,
y después, no hay más que nada.
Un roce, la satisfacción,
y, tarde después de un tarde,
entender(nos), sobre todo, lo que hay,
adentro, afuera, entre el aire.
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