miércoles, 8 de diciembre de 2010

Flipante

Un vaso con Pepsi. Dos gotas de Pepsi.
Tinta en las manos, para no perder la costumbre.
Y tengo ganas de vomitar, para no perder la costumbre.
Mi cartuchera llena de lápices sigue sobre la mesa. La puse ahí el lunes. Ahí quedó, sin tocar.
La impresora no tiene tinta. Otra vez. Y no fui yo la que la gastó, no esta vez.
Pies sucios y ella que se enoja.
No dejo de mirar por la ventana. Nada se mueve afuera, salvo el árbol del vecino, salvo sus hojas y la luz que se refleja en ellas. Salvo eso, no se mueve ni me importa nada de la ventana hacia afuera.
Hay frases que retumban en mi cabeza. Se repiten a sí mismas haciendo eco y taladrándome sugestivamente.
"Si queda sola, se siente sola. Si acompañada está, busca la libertad".
Y de las tres aplicaciones que hay abiertas, hay una que reza un nombre inombrable a esta altura del partido. Y más frases.
El vaso sigue con las mismas dos gotas de Pepsi. La cartuchera sigue sobre la mesa.
Cuatro CDs apilados, y leo "Inéditos"-"Vivos".
Estoy inédita. Estoy viva. ¿El uno, el otro, ninguno o los dos?
De a ratos, pierdo la vista en el patio y el silencio. La pared blanca brilla. Si vuelvo la mirada acá, no veo. Se pierde la costumbre.
Y creo que ese, si bien es un tema redundante, bien es un tema inevitable porque no somos estáticos. Porque estamos vivos y a-tiempo.
Y creo que este, no es un tema apetecible para un miércoles como este miércoles que es hoy, casi adentro del té... porque, si bien tengo ganas de vomitar, tengo ganas de comerme el mundo de una vez.
Alguien llamó y no atendí.
Si quiero, mi espalda puede sonar varias veces. Pero no. Prefiero el petirrojo en el patio.
El vaso sigue vacío y tengo sed. Y tengo los pies sucios y fríos como para arrastrarlos hasta la heladera.
Otra frase que me tumba, y a ella le quedan 2214 días.
"Stand by me" y que nunca llegué a acostumbrarme.
El vaso sigue, la mesa, los lápices y la tinta, el brillo del Sol en tantos rincones y en tanta mente. Y el Sol de mi vida que me mantiene viva para seguir siempre única y para seguir con estas líneas y las líneas de mis manos.
Tengo sueño, para no perder la costumbre.
Pero no duermo, para no perder la costumbre.

Porque a tantas cosas me pude haber acostumbrado, que desacostumbrarme haría que esto no fuese un sentido inédito adentro de mi vaso vacío, debajo de mis pies sucios.


Si
querés
vos
podés
salir
a
vaguear
conmigo






Yo puedo colgarme a respirar, y puedo volar dentro del mar,
y puedo cantar después de ensordecer y que mis ojos enloquezcan,
y puedo dejar de comprender porque cambié la mano que me mima,
sólo comprender que me mima.
(que si que sos vos)


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