Me siento abusada por todo lo que me rodea, por todo lo que me toca. Como si al acercarme, yo perdiera valor y fuese un objeto más, un adorno, algo que puede desecharse y que, en ocasiones, es reutilizable. Siempre es igual.
Lo que es peor, hasta me siento usada por quienes no debería sentirme usada... lo que me deja varias capas bajo tierra, sintiéndome miserable y con ganas de masticar una granada hasta explotar.
El cansancio, el sinsentido de vivir, me dan ganas de desintegrarme.
Romperme como tantas veces imaginé romper un espejo... es lo mejor que podría hacer por mí.
Sólo a veces.