viernes, 3 de febrero de 2012

Y una vez me caí

  Soy el botón que se cayó debajo de la heladera. Ese que se pierde y se busca, sin ser encontrado, hasta que se dan cuenta que puede ser reemplazado por un botón similar.
  Porque los botones son insignificantes. Porque simplemente son un pequeño detalle que hace a un enorme todo, en un todo infinitamente más grande.
  ¿Qué es un botón entre un montón de botones? Sólo un botón. Uno más, entre muchos, de muchos parecidos a muchos.
  Porque los botones nos caemos donde no se les ocurre que podemos caer. Y ahí nos quedamos, por mucho tiempo, quizás junto a otros botones que alguna vez también se cayeron y nadie los encontró, y ese nadie los reemplazó por otro botón, mejor o peor.
  ¿Qué es un botón debajo de una heladera? ¿Quién lo piensa?
  Hasta que un día vuelven a encontrarnos y algo pasa. El reemplazado botón ya no tiene lugar; se vuelve innecesario y se pierde entre muchas cosas más que ya no hacen falta (adiós, botón!). Se olvidan de nosotros que caimos debajo de la heladera un día, y se olvidan todo el tiempo que estuvimos ahí abajo olvidados.
  Pero algunos botones tenemos más suerte. Alguien recuerda el lugar que ocupábamos antes de caer debajo de la heladera y ese alguien nos devuelve a nuestro lugar, al que pertenecemos, sin dejar que seamos olvidados como muchos otros botones. ¡Bien por nosotros!

lunes, 16 de enero de 2012

Way too small

Infinitamente. Así, queriendo que de mi boca saliera algo inteligente. Tratando siempre de ser impresionante, impresionantemente estúpida al final. Quedándome callada, significando mucho menos, pero en una zona de seguridad infinita. Infinitamente.

Y que te mire a los ojos, te diga un bla bla bla y sonrías, sí, sonrías. Compartas conmigo todo lo que en mi mente tiene gracia y fluidez, pero no en mi voz. Quedándome quieta, amagando que voy a salir corriendo, pero aún así, frente a frente, esquivando las urgencias de la timidez.

Estas ahí en tu lugar, en tu espacio, siendo la burbuja que separa mis pensamientos de mi accionar y deteniendo con tus manos la inercia del pasado. Significando mucho menos, sigo siendo sólo lo que le pone algo de color a tus pisadas, y más que eso no alcanzo a ser (ver).

En realidad, quiero cambiar el panorama.

Y en realidad, no cambia nada.

Infinitamente, sólo se ser ese pequeño lápiz que dibuja hacia ambos lados de lo que es en realidad.

lunes, 9 de enero de 2012

Incluso si te sueltan

Ves como se queman las paredes y se vuelve transparente el techo.
¿Cómo se transfiere tanto anhelo? ¿Cómo se suma nuestra espera?

Todo cuanto dibujes con tus manos, más tarde lo vas a borrar con tus codos,
y más tarde lo vas a recordar, lo vas a llorar, y vas a ser siempre vos.

El que está agarrando tu mano anda sin freno alguno
y te deja atrás, sentís como resbala de tu mano la suya.

El que hizo de sus ojos una espada y te deshizo en el centro de la noche,
partió al medio tu coraza, desvistió tu corazón y ahí cedió.

Supongo que no todos tiramos de la soga para el mismo lado, nunca.
Supongo que alguien tira para donde cree que la soga se tira de más.

Pero, ¿quién vuelve por vos? ¿quién mira dentro de tus ojos?
(sabés las respuestas y quisieras que los demás las sepan también).

Hacés bien en atarte las manos, no cansarte de ser lo que sos.
Para no lastimarte más, porque el universo mismo lo dice así.
Todo lo que vuela alto, algún día cae y te devuelve el aire.
Guardate el anhelo y esperá(,) mientras todavía podés andar.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Resplandecé

Voy a guardarte debajo de mi piel,
y voy a escribirte mil canciones,
para cantarte con el sol después de la luna.
Voy a desvestirme y despeinarme.
En cada estación, voy a cambiar.
Maquillar las cicatrices, esconder las ataduras.

A las amarras, dale fuego.
Enterrar viejos hechizos, destruir talismanes.
Queda en este cuerpo lo que queda después de hacerse daño,
con los espejos, los fantasmas y los inventos.

Quiera caminar, correr, saltar,
ser el espíritu del que quiera despegar,
quiera vivir lo que no vive el que se duerme.
Siempre vuelve el resplandor a mi ventana,
queda tiempo, dice el reloj,
nos queda tiempo por gastar.

A las amarras, dale fuego.
No te apagues, no cierres los ojos,
no dejes que se desgarre lo que late.
No más payasos, ni siluetas en la oscuridad.

Siempre vuelve el resplandor, y queda tanto tiempo.
Tanto...

sábado, 1 de octubre de 2011

¿De quién es?

"Butterflies are in heaven,
Clouds are in heaven,
And, we're under the water,
hoping to get what we once owned..."

Obtuve la violencia, me escondí entre cuatro paredes.
Obtuve el silencio, y callé dentro de esas paredes.

Me seduje, me mentí con audacia, me até de manos y pies,
me acosté en su cama, cerré los ojos y me dejé morder.

Me dieron lo que merecía, y me incliné a ello completamente, a su fin.
Me gané un boleto al cielo, donde se enmudece a quien no quieren oír.

Conseguí soltar las amarras, flotar en cuerpo y alma.
Conseguí lastimarme, incendiarme, asesinarme, amordazarme.

Que todo pasa, que todo va a pasar,
que todo mejora, que va a mejorar.
Que se olvida, se perdona y se ama.

Que se calla y se llora a oscuras, cuando el mundo se da vuelta,
que no se duerme, mientras el cielo descansa de nosotros,
que todo mejora, del otro lado, de qué?