martes, 3 de mayo de 2011

Gran

De tu departamento que siempre estaba más cálido que mi casa en invierno, más fresco que mi casa en verano
De como me besabas la planta de los pies cuando me quedaba dormida en tu sillón
De como, cada 29, preparábamos ñoquis caseros
De tu cocina super compacta, repleta de comida para los gustos de todos
De las veces que te hice llorar y llorar... por amor
De como me besabas la frente porque si, cuando pasabas cerca mío
De todas las veces que te asustaste y luego reíste en el teléfono cuando te hacía jodas del banco, Susana y Sofovich
De todos los lugares a los que me llevaste en respuesta a algún capricho mío
De como te despeinaba y te peinaba y te despeinaba y no te quejabas nunca
De como nunca te faltó el lapiz labial antes de salir o de ver a alguien
De las mil veces que me preparaste y me llevaste el desayuno a la cama, sea mate o submarino
De tus comentarios guarangos y desubicados en momentos poco o muy oportunos
De como me agarrabas fuerte el brazo cuando caminábamos por la calle y veías algo que te llamaba negativamente la atención
De como tu puerta siempre estaba abierta para cuando yo tenía miedo de quedarme sola
De como siempre tenías el regalo justo, haciendo quedar mal a todos los demás (la discografía de Los Redondos es uno de mis mayores tesoros)
De como siempre diste hasta lo que no tenías por mí y por mis hermanos
De las peleas que tenías con mamá y de como me venías a pedir que interceda
De todas las pequeñas boludeces que yo decía pero que vos siempre te acordabas
De la carta que te escribí y me agradeciste por años
De como, todos los miércoles, me dejabas meter juguetes en la bañera sin que mamá se entere
De como adorabas a tu yernito... jamás estuvimos más de acuerdo en algo
De los días que simplemente te sentaste al lado mío mientras yo estudiaba porque no sabía estudiar sola
De como siempre me preguntabas si andaba con alguien y si me gustaba alguien y esas cosas que yo siempre contestaba con: "los hombres son una mierda"
De como me viste feliz contradiciéndome a lo que tantas veces repetí y te pusiste contenta
Del orgullo que siempre había en tus ojos al verme crecer y ser mejor año tras año
De la admiración que siempre te tuve, copiando tus delantales, tu lapiz labial, tus alhajas, tu destreza en la cocina
De la forma en que escuchabas mis silencios y respetabas mis verborragias
De como siempre le preguntaba a mamá cuando venías, aunque hubieses venido ayer
De la Gran Mujer que fuiste, sos y serás siempre
De todas las veces que me repetiste lo mucho que me amabas, haciendo que se me llenen los ojos de lágrimas


No me olvido ni me voy a olvidar nunca.

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