bajar, lentamente bajar y rozar suavemente la frescura del pasto.
Encontrar, después de tanto, lo que hay debajo de ese manto,
el que cegaba y te oprimía, descubrir que hay libertad.
La voluntad es tener alas, sentir que querer nos va a levantar,
confiar, dejar de tener miedo, y movernos, de todo a todo.
Y en cualquier caída, abajo hay un viento,
que vuele un peinado, que agarre tu mano y te lleve más lejos,
que te acerque a algo nuevo, que te cambie el juego.
(que, afortunadamente, te haga sonreír)
siempre, podrás ser aire